Alrededor de 17 años han pasado desde que Francisca López tuvo su última participación, en el programa Rojo, Fama Contrafama. Después de todo este tiempo, la bailarina sigue ligada a la danza, pero también levantó otros exitosos proyectos.

“Cuando entré a Rojo no sabía bailar y cuando salí estudié en la carrera del profesor Valero. Además, me especialicé en un área del pilates, que se llama Stott Pilates, que es con máquina, aparte del suelo”, comienza contando la intérprete a Página 7.

Hace más de un año que López, al igual que muchos, se adaptó a la pandemia y comenzó a impartir clases a través de Zoom, con excelentes resultados. Además de eso, trabaja en un club de polo, en la comuna de Vitacura, donde se desempeña hace dos años.

“Ha sido un nicho excelente”, confiesa López, que también tiene una productora, denominada F7. “Lo que nosotros ofrecemos es contenido”, explica, para luego profundizar en su emprendimiento.

“Un cliente nos dice ‘sabes qué, Francisca, en tales fechas, necesitamos hacer charlas de humor, pausas activas’ y yo armo eso, armo el contenido. Y paralelo a eso, hay clientes que te piden eventos artístico, donde hay baile, show, espectáculo”, afirma.

Asimismo, añade que “lo mío es el contenido, aparte de escribir un libreto y ver qué quiere el cliente, eso lo esbozo en el recurso humano, en la persona, la logistica. Me dicen ‘quiero una intervención en un mall y necesito 10 malabaristas’. A eso se concentra F7”, explica Francisca, quien siempre estuvo vinculada a los eventos.

“Trabajé mucho tiempo en Vía X, en la Mansión Rosa, trabajé harto con Mauricio Flores, con la Blanquita Nieves, Sabrina Sosa, Gisela Molinero. Tuve un período donde fui media vedette”, rememora.

¿Por qué no está en televisión?

Tras su paso por el recordado programa de talentos de TVN, Francisca cuenta que participó de varios programas de televisión. Sin embargo, hoy no está presente, a pesar del auge que atraviesas este tipo de espacios. ¿Por qué?

Ella dice que esto se debe a más de un motivo, siendo uno de ellos sus 1,72 metros. “Soy muy alta, entonces el partner o el famoso que yo acompañe, tiene que ser más grande que yo y es muy difícil, a menos que sea una obertura o como corista”, dice.

“Tendría que ser un tipo Pato Laguna, porque soy muy alta y no soy tan flaca. Esas cosas influyen, pero ´si me contemplan”, admite, la mujer que con tacos, fácilmente puede empinarse a 1,80 metros.

Francisca también cuenta que a pesar del paso del tiempo, la gente todavía la reconoce por su aparición en Rojo.

“Hay personas de mi edad que me dicen ‘yo he visto tu cara’. De 10 personas, 8 me dicen lo mismo. O con más confianza me dicen ‘tú eres la niña que bailaba en Rojo‘. Es obvio que hubo un impacto“, dice sobre el programa, que ahora volverá, en un formato recargado, animado nuevamente por Rafael Areneda, con quien Francisca ha compartido en más de una oportunidad.

Me gusta el Rafa. Trabajé con él harto tiempo en otros programas y es especial para este tipo de formatos”, cierra la mujer, que vive con su pareja, el actor Daniel Elosúa, y los hijos de ambos, que están prontos a cumplir 6 años.