Hace un par de días la animadora Carolina de Moras estuvo invitada al programa Sigamos de Largo donde conversó sobre su vida en cuarentena y también de su relación con el fallecido animador Felipe Camiroaga.

La comunicadora recordó la época en que ella llegó a la televisión y le tocó compartir con el animador, quien fue fundamental en su crecimiento en la industria, sobre todo cuando debieron asumir juntos la conducción del Buenos días a todos.

Carolina comentó que su trabajo en televisión no ha sido fácil, sobre todo en los últimos, debido a que tuvo una compleja salida de Chilevisión, la que estuvo marcada por un conflicto con Pamela Díaz; y luego su programa Cosas de Mujeres, emitido por TV+, terminó su ciclo 2019 sin una de sus animadoras, Daniela Kirberg.

En este contexto, señaló que en su carrera ha sido “boicoteada” en varias ocasiones por mujeres del medio, punto que utilizó para destacar el apoyo que recibió de Camiroaga en esos momentos.

Yo creo que Felipe me ayudó harto, me ayudó harto a puertas cerradas. Hablábamos harto, me aconsejaba, me decía: ‘aguanta esto, no aguantes esto otro’. En ese sentido, fue súper generoso. De hecho, siempre lo he dicho. Fue muy generoso y fue uno de los animadores más generosos que tuve como co-animador al lado”, sinceró Carolina.

felipe camiroaga
Captura | Canal 13

De Moras sobre Camiroaga: “Su humildad lo llevó a ser muy empático”

Por la misma razón, no tuvo problemas en asegurar que el fallecido conductor tenía una cualidad que no está presente en los rostros de hoy, y que fue su empatía.

Hoy día en la televisión, no se ve mucho esa empatía porque, al final, todos juegan para ellos mismos, todos quieren el pedazo de la torta. Se compite hombre y mujer a la par, y quizás más descarnado de forma mujer a mujer. Pero él tenía esta situación de que disfrutaba tanto lo que hacía y disfrutaba tanto su ser que podía entregarles a todos el espacio”, expresó.

En esa línea, recordó que Felipe “era un gallo enfermo de natural y normal, y eso era al final su gran ángel, era su gran imán”, pues tanto disfrutaba su trabajo y la vida que se mostró siempre como “gozador, sencillo a morir, simple, dadivoso, súper sensible y sensible a la carencia, a la necesidad del otro.

No por eso, después que se murió, aparecieron tantas personas diciendo que los ayudó. En ese sentido, su humildad lo llevó a ser muy empático”, finalizó.