Paulina Figueroa fue una de las concursantes más populares del programa culinario de Chilevisión El Discípulo del Chef, llegó a las últimas instancias pero el chef Sergi Arola no la escogió como competidora final.

La joven oriunda de La Pintana se ganó el cariño del público gracias a su sencillez, talento e historia de vida, la que estuvo marcada por el esfuerzo y la superación personal.

En conversación con La Cuarta, la joven aseguró que “la gente de donde yo vengo tiene cero posibilidades de que pueda llegar a la tele o pueda ganarse el cariño de la gente. Es una cosa muy loca, pero agradezco las oportunidades que me dio el canal, no sólo en El Discípulo…, sino en otros programas para contar mi experiencia de vida”.

Respecto a su participación en el programa, Figueroa indicó que cuando no la eligieron para la final, sintió que era “injusto” pues “el programa se llamaba El Discípulo del Chef y yo cumplía con esa definición, llegué sabiendo nada y terminé al mismo nivel que mis compañeros profesionales, pero fue la decisión del chef y la respeto“, dijo.

Aun así, evalúa tan bien su paso por el estelar de cocina que no oculta sus ganas de seguir ligada a la televisión, siempre y cuando tenga algún componente social. “Me gustaría seguir en la tele, siempre y cuando pueda dar alguna ayuda social. O mostrar estos típicos lugares que están escondidos en la cocina y son maravillosos”.

En este contexto, el medio nacional le consultó sobre si le gustaría hacer “las picadas” de Sabingo, a lo que ella dijo que efectivamente le interesaría pero en una versión más “popular”.

Me llama la atención ese tipo de programas, pero siento que se van a lugares muy cuicos. Como que todavía no se entiende el verdadero sentido de la picá. No siempre se ponen en el lugar de la gente que está viendo la tele“, afirmó, agregando que una buena ‘picá’ es “un lugar con buenos sándwiches, donde comes rico y muy barato, un carrito de la calle, el puesto de los pancitos de la tía, ese tipo de cosas. Eso hace la gente que está en la calle, busca opciones baratas y ricas”.

Y como señaló anteriormente, lo social también la motiva profundamente. Hasta ahora, son sus redes sociales las que sirven como plataforma para dedicarse a ayudar. Fue en su paso por el programa que se dio cuenta que esta “fama” podía servirle para concretar proyectos sociales que le han interesado hace mucho tiempo.

“En los días previos a Navidad visitamos un hogar e hicimos una colecta en Instagram y conseguimos harta colaboración de todas partes de Chile”, reveló, agregando que su gran deseo en este contexto es “lograr hacer una fundación para ayudar a personas en situación de calle y a los niños. Quiero seguir trabajando a full en todo lo que es la ayuda social”, cerró.