Una vez más en el matinal Bienvenidos se reunieron distintas figuras para analizar la contingencia social, en medio de la crisis que vive en nuestro país.

Por el panel de este miércoles pasaron microempresarios, políticos como la senadora Ximena Rincón y el senador Francisco Chahuán, además de contar con enlaces en directo desde el Congreso y con el cientista político Patricio Navia.

Y fue precisamente este último quien protagonizó uno de los momentos más álgidos del programa, cuando en un contacto desde Nueva York, ciudad donde clases en la universidad homónima. El analista se refirió a las demandas sociales que exigen que el sueldo mínimo llegue a los 500 mil pesos al igual que las pensiones, una cifra que está bastante lejana a lo que hoy en día reciben miles de pensionados.

En este contexto, Navia indicó que es prácticamente un “sueño” que se llegue a este valor, pues en la práctica es imposible. “La gente tiene expectativas y aspiraciones que pueden ser comprensibles pero no hay país que pueda pasar de las pensiones que tenemos ahora a pagar 500 mil pesos en pensiones. Eso no va a pasar en ninguna parte“, aseguró el sociólogo.

En la misma línea, expresó que “tenemos que ser lo suficientemente responsables y serios para decirle a la gente ‘mire, las expectativas que ustedes tienen son imposibles de satisfacer en un país del nivel de desarrollo que tiene Chile’“.

Respecto a una “solución” en torno a este tema, indicó que la mejor opción es mejorar el sistema pero de manera gradual. “Lo que podemos hacer es mejorar gradualmente las pensiones, introducir más elementos de redistribución de tal forma que los que más ganen, más paguen. Eso probablemente nos incluye a todos nosotros pero lo hacemos para ir mejorando gradualmente, pero no basta con reclamar e identificar cuál es el problema, tenemos que sentarnos a discutir la solución”, sentenció.

Navia también indicó que era imposible que el sueldo mínimo llegue $500 mil en un corto plazo, por lo que nuevamente hizo un llamado a tener cordura a la hora de exigir cambios y, de paso, a que la clase política avance en ideas más que en discusiones.