Pamela Díaz ha logrado consolidar su carrera como animadora en Chilevisión, siendo parte de La noche es nuestra y ahora Viva la pipol.

Es precisamente a raíz de este último desafío que ‘La Fiera’ decidió intervenir por primera vez su rostro, inyectándose bótox, pues consideraba que se veía muy cansada y quería lucir radiante en las mañanas.

“La pensé por mucho tiempo. Lo que más me frenaba era ver esos resultados en otras personas que los dejaba ultraestirados. Yo no quería, ni podía quedar así. Hasta que mi mamá (Lupe Saldías) se lo hizo y vi que le quedó bien”, contó a Las Últimas Noticias.

Agregó que: “Quería que el rostro y la mirada se me vieran más descansadas en mi nuevo trabajo matinal, además había otras cosas que me molestaban”.

Pero esto no fue todo, pues la morena también reveló qué cosas le incomodaban y que en definitiva la llevaron a tomar esta decisión.

“Paso maquillada todo el día y soy mala para sacarme la pintura altiro. Me daba cuenta de que en las patas de gallo se me craquelaba el maquillaje, se veían grietas como de pintura seca. Horrible. También me hacía ruido cuando me veía en los comerciales de Santa Isabel. Las tomas son puros primeros planos de la cara y encontraba que me veía media cansada. Otra cosa tiene que ver con mi edad: cumplí 38 años y tengo un compañero en el programa que se ve más joven, más flaco, estupendo: Jean-Philippe (Creton). Entonces, eso me empuja a verme bien“, manifestó.

En la oportunidad, también contó que su procedimiento duró 15 minutos y que recibió 16 pinchazos, los que se distribuyeron en el borde de sus ojos y en el entrecejo.

Y aunque reveló que en un primer momento no le gustó cómo quedó, no se asustó, pues vio todo el proceso en su madre.

“Después de que me lo hice no me gusté. Sentía que había perdido la expresión, la mirada no era la mía, sino que mucho más dura. Los primeros 15 días la piel te queda súper tensa. Me sacaba hartas fotos y ninguna me gustaba. También sentía las cejas tensas y la frente no se me podía arrugar. Trataba de enojarme y no podía (…) pasados esos 15 días vi el resultado final y me encantó: no tenía tantas patas de gallo, volví a tener expresión y la piel se me puso algo más luminosa. Ahora me tengo que ir a retocar otra vez y lo voy a hacer feliz“, señaló.

Sobre el tiempo de duración de este tratamiento el cirujano Vicente Sánchez, quien le practicó el procedimiento a Pamela, señaló al citado medio que “como es su primera vez le puede durar entre 8 meses y un año. Eso también va a depender si gesticula mucho o habla con el rostro”.