Cuando Canal 13 anunció al elenco que formaría parte de Pacto de Sangre, llamó la atención la inclusión de Álvaro Espinoza como uno de los protagonistas, ya que llevaba dos años sin estar en una teleserie. Esta apuesta fue un total acierto, ya que con este personaje el actor se ha lucido.
El intérprete ha cautivado a la audiencia con este papel Benjamín, líder de un grupo de amigos que está involucrado en la muerte de una menor de edad. Junto con Trinidad (Ignacia Baeza), la pareja ha dejado con la boca abierta a los televidentes, por su frialdad a la hora de tratar con esta enigmática historia.
Es por esto que en Página 7 quisimos revisar parte de la carrera del actor, quien ya lleva exactos 20 años siendo parte de diversas producciones, en donde se ha lucido interpretando papeles que lo han llevado a someterse a radicales cambios.
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El año del debut de Álvaro fue en 1998, en A todo dar en Mega con el papel de Pedro Velásquez. Si bien fue una producción que le fue relativamente bien en el rating, fue en el 2000 que se mandó el primer salto de su carrera al arribar a TVN para ser parte del elenco de Romané.
Tras participar de la historia de los gitanos, mantuvo su carrera por varios años en el canal estatal, pasando por exitosas tramas como las de El circo de las Montini y Pampa Ilusión.
Claro que la primera vez que en una teleserie Álvaro se transformó totalmente para un personaje, fue en Los Pincheira, donde dio vida a Jamal Abu Kassem, el hijo de Chadi Abu Kassem (Francisco Melo). Aquí interpretó a un joven que era parte de una familia palestina que llegaba al pueblo de Yerbas Buenas, donde tuvo que enfrentar los prejuicios por ser extranjero.
Para esta producción, el actor utilizó un bigote y pelo enchochado, junto con trajes muy formales y un clásico sombrero palestino. Esto sin contar el particular tono de voz que ocupó en toda la teleserie, muy propio de Medio Oriente.
Tras pasar por Ídolos, Los treinta y Cómplices, Espinoza nuevamente tuvo una transformación al ser parte de El señor de la querencia en 2008. Aquí interpretó a Buenaventura Moreno, el capataz del fundo de José Luis Echeñique (Julio Milostich) y esposo de María Pradenas (Patricia López).
En esta ocasión, además de utilizar una vestimenta propia del Chile de 1919, lo que más llamó la atención de los televidentes fue el particular tono de voz que usaba el personaje. Con frases propias del campo, Buenaventura fue uno de los villanos de esta exitosa producción, por lo que se consagró como uno de los mejores papeles de Álvaro.
Luego de participar en Hijos del Monte, Los exitosos Pells y Martín Rivas, en El laberinto de Alicia dio vida a Gregorio Harper, director del Shelter School, que es donde ocurrieron abusos sexuales en contra de menores de edad. Este personaje es uno de los principales sospechosos por estos crímenes, pero finalmente es él uno de los abusados. Un complejo rol, con el que el actor pudo lucir todo su talento.
Finalmente, y luego de terminar su contrato con TVN y tras un paso fugaz por Mega en Te doy la vida, este 2018 Álvaro Espinoza se volvió a lucir en la pantalla chica en la teleserie Pacto de sangre, con un papel que día a día sigue cautivando a los televidentes.
¿Te acuerdas de algún otro papel de Álvaro Espinoza en televisión?