En todo un acierto se ha convertido el programa de concursos Pasapalabra de Chilevisión, conducido por Julián Elfenbein.

Una de las concursantes que más ha destacado es Ledy Ossandón, profesora de inglés de 48 años, que desde Calama se atrevió a ir al espacio.

Y es que cada vez que veía el programa, acertaba sus respuestas, por lo que su hermano le pagó el pasaje a Santiago para que finalmente probara su suerte, señaló LUN.

Hasta el momento ya lleva siete capítulos, sin embargo, todavía no puede pasar una de las etapas más difíciles, el ‘rosco’.

Y es que en dicha fase, aparecen todas las letras del abecedario y Julián entrega pistas para que el concursante adivine la palabra.

Captura | CHV
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“Algunas definiciones fluyen, otras son complicadas. Los nervios juegan un rol importante, si uno se detiene a pensar mucho es fatal porque todo es contra el tiempo”, indicó Ledy.

Aunque también tiene técnicas que “van desde pasar y no responder las palabras más fáciles al principio para así responder primero las más difíciles. Con eso gano tiempo hasta analizar bien cómo Julián formula las preguntas”.

Pero eso no es todo, ya que además “hay que tener ojo porque, según la pregunta de Julián, la respuesta tiene que ser un sinónimo, un verbo, adverbio o un adjetivo. Por ejemplo si Julián dice ‘relativo a bello’, es un adjetivo. Si él dice ‘dicho de un automóvil que choca’, ahí puede ser un verbo, por ejemplo, colisionar”.

Todo esto resulta difícil para cualquiera, incluso para Ledy, quien añadió que “además de estar pensando la palabra correcta, estás analizando cómo te hacen la pregunta. Para ser sincera tampoco me resulta mucho, pero por lo menos trato”.

Y es que siempre ha sido estudiosa, tanto que “siempre he andado con un diccionario en mi bolso. Al leer o incluso al ver televisión, si no conozco un concepto lo busco en el diccionario. Ser profesora de inglés es otro pilar que me ha servido porque me da una base sólida. También hago buen uso del lenguaje, incluso en el WhatsApp siempre escribo la palabra completa”.

Aunque no siempre le funcionan los trucos y así lo reconoce la docente: “Hay palabras que son más rebuscadas y de verdad es difícil estar ahí sentada. la presión es el peor enemigo. También está el factor de los invitados famosos que a uno van a ayudarle. Soy conciente que ellos están en la misma que uno. Claro que el compromiso que ellos tengan con el juego es muy relevante y doy gracias cuando hacen su mejor esfuerzo”.

Con el premio de $36 millones, lo utilizaría en un proyecto educativo de robótica que tiene con un instituto de (Steam, Science, Technology, Engineering and Math) donde podemos reforzar la ciencia, la tecnología, las artes y la ingeniería.