Mide 1.95 metros de altura, tiene 34 años y ha sido guardaespaldas hace más de 10 años. Es la historia de Gabriel Marrero, un hombre venezolano que ha saltado a la fama por trabajar para Arturo Vidal.

En mayo de 2012, el futbolista se comunicó con el a través de un amigo para pedirle que trabaja con él tiempo completo, época en la cual él tenía trabajo como guardia de un supermercado de Plaza Egaña en Santiago.

“Arturo me dijo que renunciara y me presentara en su casa al día siguiente, pero me costó creerle porque él siempre anda con chistes”, comentó Marrero en una entrevista en Las Últimas Noticias.

Hoy, Gabriel cumple 6 años trabajando con el volante de La Roja, sin embargo, su camino para llegar a esta posición no ha estado exenta de problemas y sacrificios. En 2003 comenzó su carrera como guardaespaldas, se entrenó para dormir 2 horas al día cuando la situación lo amerite y formó parte de la guardia de honor presidencial de Venezuela, trabajando para el entonces presidente Hugo Chávez y otras figuras del gobierno.

En este aspecto, Marrero aseguró que esto le trajo consecuencias en Chile por una entrevista, en la cual asegura que sus dichos se malinterpretaron. “Ya estaba con Arturo y me hicieron una nota en un diario. Ahí hablé de mi época con Chávez, pero se malinterpretó y causó cierta molestia en la comunidad venezolana residente acá. Me gustaría aclarar eso: yo solo hice mi trabajo, no tengo por qué cargar con la culpa que provoca su figura”, aclaró.

El amor fue el motivo que lo trajo a Chile y hoy, con una familia consolidada, se ha convertido en una persona fundamental en la vida de Vidal, puesto que es él quien está a cargo de toda la seguridad cuando el futbolista abandona abandona su hogar en Alemania y llega a suelo nacional.

“Dejo dos guardias de día y dos de noche cuidando la casa y yo me preocupo 100% de Arturo. No hay descanso, relajo, ni nada. Lo voy a recoger al aeropuerto y lo ayudo en lo que necesite, como ir a buscarle una chaqueta al auto, cuidarle el celular, acompañarlo a comprar mariscos, etc. Lo bueno de Arturo es que todo lo pide por favor“, comentó Gabriel.

Una de las anécdotas que desclasificó el guardaespalda fue una ocasión en la que Vidal trató de desconcentrarlo de su trabajo durante una reunión con sus amigos. “Me hizo cantar reggaetón, una canción de Tego Calderón, y después me pidió bailar cueca. Yo no sabía, pero me defendí bailando un tema del grupo Tambor Urbano, muy famoso en mi país. Estoy todo el día en su casa, veo películas con sus hijos, compartimos harto”, reveló Marrero.

Respecto al uso de armas en su trabajo con Arturo, reveló que lleva consigo una pistola de fogueo. “En realidad lo que ocupo es una pistola de defensa personal, una pistola de fogueo. Viene con proyectiles de gas pimienta que golpean a la persona y se destruye la cápsula, neutralizando al enemigo en menos de un minuto”, explicó.

Finalmente, Arturo Vidal no es la única personalidad con la que ha trabajo Marrero, siendo Leonardo de Farkas uno de los famosos. “Le caí bien y le agradezco mucho. Una vez lo acompañé al teatro con su señora y a ella se le perdió el celular. El cobertor era de oro, con diamantes incrustados, entonces lo quería recuperar. Yo noté que los tipos de limpieza del baño andaban raros, me acerqué a hablar y me lo entregaron. Después, Farkas les dio una propina de 500.000 pesos”, recordó.