Ivette Vergara contó complejo hecho que vivió en su juventud: fotógrafo intentó drogarla

Durante los últimos días, tras la denuncia de abuso de poder y acoso sexual contra el director Harval Abreu, muchas han sido las famosas que han confesado haber sufrido este tipo de episodios.

Fue precisamente en este escenario que en el matinal de Mega, Mucho Gusto, una de sus panelistas, Ivette Vergara, recordó un fuerte episodio que vivió durante su juventud.

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Mientras conversaban del tema del acoso la esposa de Fernando Solabarrieta reveló una peligrosa vivencia que tuvo mientras se desempeñaba como modelo.

“Yo a la misma edad (22 años), en una sesión de fotografías, llegué a un lugar. Un fotógrafo bastante conocido en su momento. Y me cita a eso de las ocho y media, porque yo tenía una grabación antes, en su casa, y su casa era parte del estudio fotográfico. En realidad, no había nada de sospechoso”, comenzó contando.

Luego agregó que: “Y en el momento que empezamos a hacer las fotografías, me ofrece un vaso de bebida. Y yo, ‘perfecto’. Estaba el vestuarista, él y yo. Y en un minuto el vestuarista dice ‘ya estamos, son las últimas tenidas y estamos ok’. Perfecto. Yo ya había hecho varias sesiones de fotografías con él antes. O sea, no lo venía recién conociendo. Había trabajado prácticamente un año con él”.

Pero de acuerdo a lo que relató, tras beber esta bebida comenzó a sentirse mareada, por lo que asume que el fotógrafo, de quien no quiso dar nombre, la drogó.

“En esa sesión me ofrece el vaso de bebida. Yo estoy posando para la cámara. Y de repente empiezo a ver todo como estrellitas, puntitos, puntitos, puntitos. Yo vivía con una amiga. Te estoy hablando que tenía 20, 21 años. Vivía con una amiga y ella vivía muy cerca. Y alcanzo a llamarla por teléfono, no existían los celulares, y ella estaba con un médico, que era su pareja, y me dice textual: ‘Te echaron coca en tu bebida’”, contó.

Tras esto, aseveró que el profesional la lanzó sobre un sillón, pero afortunadamente logró zafarse.

“Me acuerdo que estaba parada y empiezo a ver todo negro con puntitos. Y ahí me tira en el sillón y me empieza él a sobajear los pies y después el tobillo. De ahí yo me incorporo de lo mareada que estaba, pero nunca perdí el conocimiento, yo creo de la adrenalina que tenía en ese minuto. Entre la adrenalina y el miedo, hizo que no me durmiera y que estuviera a la defensiva y al poco rato llega mi amiga a buscarme”, comentó.

Finalmente reveló que nunca realizó alguna denuncia ni comentó el tema, lo que atribuyó a la edad, pues era muy joven y cuesta entender este tipo de situaciones.

“Yo nunca lo denuncié, porque no se usaba en esa época. Pero de ahí dije ‘nunca más’. Tampoco me atreví a hablar”, señaló.