El accidente automovilístico de Uma Thurman en el set de Kill Bill: Vol.2 es “uno de los mayores arrepentimientos” de Quentin Tarantino, dijo el cineasta, quien volvió a deplorar su “complacencia” frente a las agresiones sexuales del productor Harvey Weinstein.

En una entrevista con la revista Deadline Hollywood publicada el lunes, Tarantino negó haber puesto en peligro deliberadamente a su musa, obligándola a conducir un automóvil que estaba en malas condiciones por un camino sinuoso y en sentido contrario, en vez de usar una doble.

El incidente, ocurrido en México durante el rodaje del film estrenado en 2004, dejó a la actriz con heridas graves en las piernas y en la cabeza.

“Ninguno de nosotros lo consideró una escena de riesgo. Tal vez deberíamos haberlo hecho, pero no lo hicimos”, dijo el director de 54 años.

Relató que él mismo probó el automóvil, conduciéndolo en el tramo de la carretera que la actriz tenía que recorrer a unos 50 a 70 km/h.

“Le dije que sería seguro. Y no lo era. Estaba equivocado”, dijo Tarantino. “No la obligué a entrar al automóvil. Ella se metió porque confió en mí”.

Por la luz, el cineasta decidió a último momento que Thurman manejara en sentido contrario. “Ese fue uno de mis errores más horrendos, no tomarme el tiempo para probar la ruta otra vez”, porque la carretera hacía una “S” y el automóvil se volvió incontrolable por la cámara instalada en el maletero, detalló.

“Más que uno de los arrepentimientos de mi carrera, es uno de los mayores arrepentimientos de mi vida” porque “la confianza se rompió”, dijo el ganador de dos Óscar. También negó haber “encubierto” los hechos.

Vergüenza eterna

Thurman obtuvo recientemente las imágenes. En el video, que se viralizó en las redes sociales, se ve a la actriz acelerando por un camino sin pavimentar antes de estrellarse contra un árbol. Thurman se sobresalta y queda aturdida durante varios minutos antes de que el equipo del rodaje la lleve para ser atendida.

Según la actriz, la productora Miramax de Weinstein le había pedido que renunciara a cualquier acusación a cambio de la secuencia.

Tras relatar lo ocurrido en una entrevista publicada el sábado en el New York Times, Thurman, de 47 años, contó que por esto tuvo “una pelea enorme” con Tarantino, a quien acusó de tratar de matarla. “Pensé: ‘Dios mío, nunca volveré a caminar'”, dijo.

Pero en Instagram, Thurman descartó el lunes “intenciones maliciosas” de Tarantino.

“Se arrepintió profundamente y sigue arrepentido”, dijo la actriz, elogiándolo “por hacer lo correcto” al entregarle el video sabiendo que podía tener consecuencias para él.

Para Thurman, los productores son culpables. “Considero a Lawrence Bender, E. Bennett Walsh y al famoso Harvey Weinstein como únicos responsables. Mintieron, destruyeron evidencia y continúan mintiendo sobre el daño permanente que causaron”, dijo.

“El encubrimiento tuvo intenciones maliciosas. Vergüenza para estos tres para toda la eternidad”, concluyó.

“Un patrón de conducta”

Los mayores éxitos de Thurman, “Pulp Fiction” y “Kill Bill”, fueron dirigidos por Tarantino y producidos por Weinstein, uno de los dúos más poderosos de Hollywood. El productor cayó en desgracia el año pasado, acusado por más de 100 actrices de violación o acoso sexual. Él niega cualquier relación no consensuada.

Tarantino admitió en octubre pasado que “sabía lo suficiente como para haber hecho más” en relación a la conducta de Weinstein.

En la entrevista con Deadline, volvió sobre el tema, preguntado sobre el abuso sufrido por la actriz Mira Sorvino, exnovia suya.

“Ella me contó esas historias. Estaba horrorizado por ella y francamente avergonzado por él”, dijo Tarantino, quien entonces pensó que Weinstein “estaba enamorado de Mira”.

Cuando Thurman, que el sábado confirmó ser víctima de Weinstein, le habló del tema a Tarantino mientras preparaban “Kill Bill”, el cineasta confrontó al productor.

“Fue entonces cuando me di cuenta de que había un patrón de conducta en los ataques de Harvey. Así que hice que Harvey se disculpase con Uma”, dijo.

Tarantino insistió sobre cuánto lamenta su “complacencia”, que atribuye a que era otra época. ¿Qué cambió? Desde la revelación del escándalo, “las personas se han mirado al espejo”, dijo.