Una vida cercana a los vicios puede conducir a múltiples problemas y sí, la muerte figura como uno de ellos. Al menos así lo siente la cantante estadounidense Demi Lovato, quien realizó una dura confesión con respecto a su vida.

A pesar de la fama de la ex actriz de Disney, conocido es que en su vida ha tenido altos y bajos pasando por fuertes adicciones al alcohol y las drogas que, a cuatro años de sobriedad, hoy la mantienen cuestionando su pasado.

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Según la información compartida por ABC, en una nueva entrevista la intérprete de Confident, pensó que debido a este problema no gozaría de una larga vida. “No pensé que llegaría viva a los 21”, dijo la artista.

Fue su entorno familiar uno de los que más la afectó en su infancia, donde una serie de trastornos alimenticios de su madre y abuela terminaron por generarle un profundo conflicto. “Aunque sólo tenía dos o tres años, estar alrededor de alguien que pesaba solo 36 kilos y que tenía un grave trastorno alimentario me afectó: Es difícil no acabar sufriendo el mismo problema”, admitió Demi.

En su adolescencia consumió cocaína, alcohol y distintos tipos de medicamentos. Malos pasos que culminaron cuando ingresó en 2012 en una clínica de rehabilitación en Los Ángeles, no con la idea de inspirar a sus fans. “Hubo momentos en los que me enfadaba tener ese tipo de responsabilidad”, reconoció Lovato.

Finalmente todo dio un giro para la cantante de 23 años gracias a esta “responsabilidad” que le ayudó a superar su apego de aquellas sustancias. “Se ha convertido en una parte de mi vida. Me obliga a estar muy pendiente de todo lo que hago”, puntualizó.