Los “paparazzi” y las redes sociales han sido, durante estos últimos años, amigos inseparables. La inmediatez con que un fotógrafo puede subir una imagen a la red y su difusión es un arma de doble filo con la que tanto ellos como las estrellas deben lidiar día a día.
Fotografías, videos, libros, o tuits, son parte de los soportes que a diario se ven enfrentados a la censura, despertando un mayor interés en la población por saber qué es lo que se prohíbe. En Chile, el ejemplo más claro se dio en 1999 cuando la periodista chilena Alejandra Matus debió enfrentar la confiscación de su obra “El libro negro de la justicia chilena”, texto que aborda las malas prácticas del Poder Judicial chileno, al día siguiente de su lanzamiento. La autora fue acusada del delito de “desacato”, por lo que decidió radicarse en Estados Unidos hasta el 2001, año en que se derogó ese artículo gracias a la Ley de Prensa, levantándose posteriormente la censura del libro.
Este tipo de situaciones, donde la censura tiene un efecto contraproducente y la información que se pretendía ocultar goza de mayor difusión de la que tenía o podría haber tenido, es lo que se conoce, al menos desde el 2005, como el “efecto Streisand”. Si bien es un fenómeno más propio de la internet, tiene que ver con lo mismo. El término, inventado por el estadounidense Mike Masnick, fundador del blog de tecnología, Techdirt, se originó debido a una demanda que interpuso la cantante Barbra Streisand en contra del fotógrafo Kenneth Adelman, para que éste retirara de internet una fotografía donde aparecía su casa de Malibú, California. Adelman se encontraba trabajando en un proyecto que consistía en documentar (en más de 12 mil fotos) la erosión de la costa californiana, por lo que en una de las imágenes aparecía la casa de Streisand. La actriz alegó violación a la privacidad pero el fallo del tribunal no fue favorable y consiguió algo mucho peor, puesto que el revuelo mediático que provocó el caso, hizo que de seis descargas que tenía la fotografía antes de la polémica, el sitio pasara a recibir 420 mil visitas al mes.
La BBC Mundo comparte otros casos emblemáticos donde les ha salido “el tiro por la culata” a los censores. Como por ejemplo, cuando la publicista de Beyoncé, Yvette Noel-Schure, contactó al sitio Buzzfeed para pedir que bajaran algunas fotografías de una selección que publicó la web de los momentos “más osados” de la cantante en el Superbowl del año pasado, burlándose de sus expresiones faciales. Contrario a lo que pretendía Noel-Schure, Buzzfeed respondió publicando otras fotos que justamente la publicista pedía que se eliminaran, bajo el título “Las fotos -poco favorecedoras- que la publicista de Beyoncé no quiere que veas”, y además capturaron parte del e-mail enviado. Las visitas a ese post se multiplicaron hasta alcanzar más de 2 millones de visitas.
Pippa Middleton, hermana de la duquesa de Cambridge y considerada una “socialité” en el Reino Unido, también fue parte de este efecto rebote, debido a que sus representantes exigieron que se eliminara una cuenta de Twitter que la parodiaba, donde supuestamente ésta daba consejos de estilo y vida ridículamente obvios, como: “una reparadora siesta por la tarde se puede disfrutar tomando una siesta en la tarde”. Lo que consiguieron fue que la cuenta llegara a más de 50 mil seguidores.
La lista sigue, Tom Cruise protagonizó uno de los casos más emblemáticos el 2008 cuando la Iglesia de la Cienciología quiso eliminar de varios sitios web un video promocional interno en el que aparecía él hablando de su fe y la institución. La publicidad de este intento de censura, provocó una masiva protesta liderada por el grupo “Anonymous”, denominada como “Proyecto Chanology”, además de la obvia propagación del video por toda la red.
La abogada Jenny Afia, de la firma de abogados Schillings, comenta a la BBC que mientras alguien esté tratando de prohibir “algo”, ese “algo” siempre va a ser más interesante que lo que parece no molestarle a la gente, ya que “enciende la chispa de la curiosidad”.
Y en realidad es algo tan simple como cuando podían molestarnos en el colegio, si reaccionábamos “agresivamente” a las burlas, terminaríamos recibiendo más de aquello. Es por ello que el experto en relaciones públicas, Mark Borokowski, asegura que las celebridades están constantemente expuestas a parodias en las redes, por lo que necesitan “tener piel de rinoceronte”, pensarlo dos veces si se quiere luchar en contra de las burlas, sobre todo si se trata de algo muy trivial.