Bastián Orellana (19), volante juvenil de Universidad de Chile, se refirió al ‘portonazo’ que sufrió la mañana del jueves cuando llegaba a entrenar al Centro Deportivo Azul (CDA).
El jugador sufrió el robo de un Kia Soul plateado, propiedad de sus padres, el que apareció horas más tarde, luego de que Carabineros detuviera a dos sospechosos, menores de edad.
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En entrevista con LUN, Orellana detalló que “ocurrió como a las 8:35 de la mañana. Estaba esperando que me abrieran el portón y apareció un auto, me choca. Se bajaron cuatro tipos, dos por derecha y dos por izquierda”.
“El que me bajó de mi auto estaba con el combo de construcción y el de la derecha con una pistola. Me rompieron el reloj de la muñeca y como las llaves estaban en el auto, se fueron no más. Fue en cosa de segundos”, agregó.
El jugador explicó que “pensé en mis papás, me preocupé por ellos. Al margen de lo material, no quería darles un susto. Gracias a Dios no fue nada grave. Uno se pone a pensar la situación y claramente podrían haber pasado cosas mucho peores”.
Además, aseguró que “en el club me auxiliaron rápido, se contactaron con la policía. Estuve tranquilo. Me llamó la psicóloga, he recibido harto apoyo. En las redes sociales también. Es reconfortante ver tantos mensajes. Estoy agradecido”.
“Nosotros nos hemos criado en población, entonces esto es pan de cada día. No queda más que dar las gracias por poder estar hablando ahora y que no sea mi madre la que tenga que estar contando que fui un buen joven. No estoy muerto”, complementó.
El joven futbolista invitó a los jóvenes a “que no busquen lo fácil. A que trabajen por su futuro, a que se esfuercen por ser reconocidos por lo bueno, por dejar algún legado, una marca buena”.
“Más que rabia, me da tristeza ver a los jóvenes de 15 años que teniendo un futuro por delante, buscan el dinero fácil de esa manera”, sentenció Orellana.