Michael Phelps sin duda, es uno de los deportistas más exitosos de toda la historia, sobre todo por su desempeño en los Juegos Olímpicos. Pese a todos sus logros, luchaba constantemente con su depresión.

Fue en enero de 2018 que el nadador reconoció que padecía una profunda depresión que incluso lo tuvo al borde del suicidio. Si bien dijo que ese época de su vida eran malos recuerdos, en el contexto de la cuarentena por el coronavirus, los pensamientos negativos han vuelto.

En un texto escrito por él para ESPN, Michael relató lo mal que lo ha pasado estos días: “La cuestión es que las personas que viven con problemas de salud mental lo saben, nunca desaparece. Tienes días buenos y malos. Pero nunca hay una línea de meta”.

Según reconoció, cuando ganó el oro en Rio 2016 y dijo que estaba mejor de su depresión, fue algo solo del momento, y que en realidad no es algo tan sencillo de sobrellevar.

“Alguien que no entiende con qué lidian las personas con ansiedad o depresión o trastorno de estrés postraumático no tiene idea (…) Aquí está la realidad: nunca me curaré. Esto nunca desaparecerá. Es algo que he tenido que aceptarlo, aprender a lidiar con eso y convertirlo en una prioridad en mi vida”, agregó el deportista.

Phelps hace llamado especial a todos los que pasan por algo parecido

Tras decir esto, detalló que los días de confinamiento por la pandemia del coronavirus ha sido terrible. Al estar acostumbrado a viajar y competir, ahora ha debido enfrentar los pensamientos negativos. Esto se ha visto reflejado en que siempre está a la defensiva, según detallo BioBioChile.

“Hay momentos en los que me siento absolutamente inútil, donde me apago por completo pero tengo esta ira burbujeante que está por las nubes. Si soy honesto, más de una vez grité en voz alta: ‘¡Ojalá no fuera yo!’. A veces hay una sensación abrumadora de que no puedo soportarlo más”, complementó Phelps.

Al cierre de sus palabras, envío un especial mensaje a todos los que pasan una situación parecida a la de él, sobre todo para quienes han debido quedarse encerrados en sus hogares.

Si bien constantemente se culpa de cosas y pasa desanimado, expresó que “no hay nada de qué esconderse. Nada que temer. La lucha es solo contra ti mismo”.