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Carolina Soto, conocida cantante y exintegrante de Rojo Fama Contrafama, se une a la tercera temporada de Top Chef VIP en CHV, dejando en claro su pasión por la cocina y su determinación por cocinar por amor y no por fama. Criada en una familia rancagüina donde la buena mesa era sinónimo de amor, la cantante confiesa su compleja relación con la comida, pasando de la frustración a la reconciliación tras una operación bariátrica. Con una estrategia clara de cocinar con amor y disfrutar el proceso, Carolina busca ganarse al público mostrando su autenticidad y conexión con la gente. Ante la presión del programa, revela que estaría dispuesta a ser ella misma, incluso si eso implica besar al chef o arriesgar su matrimonio, demostrando su humor, pero también su determinación por ser genuina y fiel a su esencia.
Carolina Soto es una de las confirmadas para la tercera temporada de Top Chef VIP.
La cantante, que se define como una apasionada, habló de lo que será su participación en el programa gastronómico de CHV.
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La intérprete alcanzó la fama al formar parte del programa buscatalentos Rojo Fama Contrafama de TVN en 2002. En esta oportunidad dice que no cocinará “ni por la tele, ni por fama”, sino porque la cocina le apasiona casi igual que el canto.
“Yo no me considero famoso, me considero cantante. El famoso quiere quedar bien para que la gente lo quiera, ¿cachai?”, explica la cantante.
La exchica Rojo es nacida y criada en el corazón de una familia rancagüina donde la buena mesa era una forma de amor. Actualmente, está casada y es madre de Francisca, joven de 18 años.
“Me gusta mucho la vida familiar”, dice Carolina. También confiesa que aún habla con su padre, quien falleció hace 20 años.
"Si en mi casa llega un pajarito, yo sé que es mi papá” y guarda un respeto sagrado por la tercera edad.
“En cada abuelito que veo, veo a mi mamá (…) va a cumplir 85, tengo la fortuna de tener una mamá de esa edad”, comenta.
Carolina Soto y su relación con la comida previo a Top Chef VIP
La relación de Carolina Soto con la comida ha sido compleja.
“He tenido malos momentos, porque tuve problemas con el peso, que también era por la comida. Ha sido una relación de dulce y de agraz”, reflexiona.
Asimismo, agrega que “ahora me siento perfecto, porque ya soy grande, mi relación con la comida ya no es dolorosa. Me costó llegar a esto, me costó operaciones, me costó creerme el cuento, me costó mirarme al espejo en pelotas y reconocerme, decir “yo soy esta po’, soy estupenda, soy hermosa, le guste a quien le guste”.
Operada bariátrica, Carolina pasó de la frustración a la reconciliación, “por querer pertenecer a un grupo, que yo estaba equivocada, como que la flaca es más exitosa, en el fondo eso no existe”.
La cantante aprendió a cocinar viendo a su madre, sin recetas ni clases, solo observando. "Nunca se puso a enseñarme la vieja po”, dice entre risas.
Si algo tiene claro, es que la disciplina y el corazón llevan al éxito. “No doy nada por sentado. Aunque sepa cocinar, vengo a aprender”. Su estrategia será simple cocinar con amor y disfrutar el proceso.
Cuando le preguntan por qué debería ganar, su respuesta es honesta: “Porque soy una persona como la que está en la casa. Que la gente diga 'oh, yo también puedo estar ahí, porque le pasan cosas como a mí'. En el fondo, que la gente se identifique conmigo”, asegura Carolina.
En un escenario donde el fuego es real, las críticas son filosas y la presión es constante, ¿qué estaría dispuesta a hacer por ganar Top Chef VIP?
“Estaría dispuesta a besar al chef, aunque mi matrimonio corra peligro”, responde entre risotadas.
Por último, añade: “No. Estaría dispuesta a ser yo nomás. Mucho tiempo no fui yo, caleta de tiempo tuve que ser una persona que no era, para caer bien. ¡Ahora quiero ser yo!”.




