El problema es que no logran probar todo esto a tiempo, y Ceylin es procesada tras dar positivo a rastros de pólvora en su ropa. Por lo mismo, le impiden ir al funeral de su marido, lo que le causa una crisis emocional muy fuerte.
Pese a todo, la abogada queda en libertad y, al comparecer ante el tribunal, declara que ella amaba a Ilgaz y que jamás podría haberlo dañado.
Finalmente, Turgut es capturado tras descubrirse que el traje con el que salió de la corte junto a Ilgaz había cambiado el mismo día, cuando volvió.
En la recta final de Yargi, Ceylin recuerda que tenía un viaje planeado con Ilgaz, pero entre lágrimas se niega a ir sin él. Sin embargo, Eren la convence y la lleva hasta Alaçati.
En ese lugar, la protagonista se hace un test de embarazo, que resulta ser positivo. Aquello empeora su estado depresivo y comienza a tener sueños en los que la visita su gran amor, pero al despertar entiende que no volverán a verse.
El emotivo final de Yargi
Durante un paseo por la ciudad, Ceylin se percata de que perdió el polerón de Ilgaz que estaba usando para mantener cerca su olor. Por eso, lo busca desesperadamente, preguntándole a la gente si lo vieron en alguna parte.
Cuando está al borde del colapso, aparece frente a ella la figura de un hombre que lleva la misma prenda. Ella corre a buscarlo, gritándole para que se detenga, sin imaginar que, al voltearse, se encontraría con el rostro de su gran amor.
Ceylin cree que es su cabeza jugándole trucos nuevamente, pero Ilgaz se acerca y le acaricia el rostro antes de fundirse en un abrazo. Entonces, descubrimos que el abogado en realidad está vivo, y que finalmente podrá armar una familia junto a la mujer que le robó el corazón.
La teoría es que, para evitar que la mafia siguiera persiguiéndolos a él y su familia, el fiscal decidió fingir su muerte, dejando también en evidencia a quienes quisieron hacerle daño.