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El panorama político se ve convulsionado después de las elecciones parlamentarias, ya que 13 partidos corren el riesgo de disolución al no alcanzar el 5% de los votos válidos. Ninguno logró cumplir con este requisito en ocho regiones o tres regiones contiguas, ni activar el mecanismo alternativo. Partidos como FRVS y Evópoli reaccionaron de manera distinta: el primero confía en revertir la situación, mientras que el segundo reconoció el mal resultado y la necesidad de una profunda reflexión. La ley establece que podrían fusionarse con otras colectividades para sobrevivir, aunque la reinscripción o reconversión también son opciones, aunque más complejas y costosas.
El panorama para los partidos políticos sufrió un fuerte remezón tras las últimas elecciones parlamentarias.
Según los datos entregados por el Servicio Electoral (Servel), 13 quedaron en riesgo de disolución, luego de no alcanzar el umbral mínimo del 5% de los votos válidamente emitidos en la elección de diputados.
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Recordemos que este es un requisito indispensable para mantener su vigencia legal de la Ley Orgánica Constitucional de los Partidos Políticos.
Aunque varias colectividades anticipaban un escenario complejo, la magnitud del resultado superó las expectativas: ninguno logró cumplir con la exigencia de obtener ese porcentaje en ocho regiones o en tres regiones contiguas.
Además, tampoco pudieron activar el mecanismo alternativo para conservar su existencia jurídica, que considera elegir al menos cuatro parlamentarios en dos regiones distintas.
¿Cuáles son los partidos políticos que pueden desaparecer tras sus malos resultados en estas elecciones parlamentarias?
El detalle publicado por el Servel muestra que ninguna de estas colectividades alcanzó los umbrales establecidos, aun cuando algunas consiguieron escaños:
- Partido Radical: obtuvo triunfos con Marcela Hernando y Consuelo Veloso.
- Acción Humanista: logró un cupo con Ana María Gazmuri.
- Federación Regionalista Verde Social (FRVS): tres electos, Jaime Mulet, René Alinco y el senador Miguel Ángel Calisto.
- Demócratas: consiguió elegir a Joanna Pérez y al senador Enrique Lee.
- Evópoli: logró dos diputados, Jorge Guzmán y Tomás Kast.
- Amarillos por Chile: no obtuvo escaños.
- Partido Social Cristiano: eligió a Sara Concha, Francesca Muñoz y Roberto Arroyo.
A ellos se suman el Partido de Trabajadores Revolucionarios, Partido Popular, Partido Humanista, Igualdad, Alianza Verde Popular y Ecologista Verde, que tampoco cumplieron con ninguno de los criterios para seguir vigentes.
Las reacciones: entre la esperanza y la autocrítica
Desde la FRVS, su presidente Jaime Mulet expresó confianza en revertir la situación. “No ha perdido la legalidad. Acaba de elegir dos diputados y un senador y con el senador en ejercicio Velásquez tenemos cuatro parlamentarios”, sostuvo.
“Esto lo discute el Servel. Pero nosotros presentamos hace meses ante el Tricel un requerimiento para mantener la interpretación de siempre, de que los senadores que siguen y no van a la reelección, se cuentan. Eso se resolverá en el Tricel y las posibilidades de ganar son altísimas”, aseguró.
En Evópoli, en cambio, la lectura fue mucho más crítica. A través de una declaración pública, la directiva nacional reconoció el duro golpe electoral.
“Hemos tenido un mal resultado electoral al no alcanzar el umbral mínimo para la subsistencia legal del partido (…) nos obliga a iniciar una reflexión profunda. No hemos sido capaces de interpretar el sentir mayoritario de la ciudadanía, y aquello nos interpela a corregir el rumbo”, manifestaron.
Recordemos que la normativa vigente es clara, pues el artículo 42 de la Ley Orgánica Constitucional de los Partidos Políticos señaló que “los partidos políticos se disolverán por no alcanzar el 5 por ciento de los sufragios válidamente emitidos en la última elección de diputados, en cada una de a lo menos ocho regiones o en cada una de a lo menos tres regiones geográficamente contiguas, en su caso”.
¿Qué opciones tienen ahora?
A pesar del complejo escenario, aún existe una salida: la fusión con otras colectividades, mecanismo que les permitiría mantener su estructura, militancia y representación bajo una nueva sigla o integrándose a un partido mayor.
La reinscripción desde cero o la reconversión a movimientos políticos también están sobre la mesa, aunque implican procesos largos, costos elevados y menos margen de acción frente al escenario electoral que se avecina.
Por ahora, las directivas analizan sus próximos pasos mientras esperan definiciones clave del Servel y el Tribunal Calificador de Elecciones.
