Un reciente estudio liderado por la firma chilena Unholster, citado por Bloomberg, plantea que José Antonio Kast ganaría la Presidencia.
Y no solo, esto, pues proyecta también que la derecha podría lograr una histórica mayoría parlamentaria, permitiéndole gobernar sin necesidad de pactar con la izquierda.
Lo anterior significa un escenario político de alto impacto de cara a las elecciones del 16 de noviembre.
Según esta proyección, los partidos de derecha —incluyendo el Partido Republicano— obtendrían 85 de los 155 escaños en la Cámara de Diputados y 26 de 50 en el Senado.
Ese empuje legislativo apunta a dotar al próximo gobierno de mayor margen para impulsar su agenda de reformas, sin depender de acuerdos con bloques opositores.
Unholster: "Esta es una gran oportunidad" para Kast
Cristóbal Huneeus, director de Unholster, enfatizó la relevancia del escenario.
“Esta es una gran oportunidad para establecer su forma de gobernar sin tener que pactar con la izquierda”
Y agregó que el resultado “también les da más libertad para refinar su agenda”.
En ese contexto, la estrategia de gobernabilidad cambiaría sustancialmente frente a escenarios tradicionales de negociación multipartidista.
De prosperar este pronóstico, sería la primera vez desde el retorno a la democracia que un presidente de derecha contaría con control simultáneo del Ejecutivo y gran parte del Congreso, consignó Bloomberg.
Solo en 2014 Michelle Bachelet logró una mayoría legislativa clara, aunque analistas sostienen que no utilizó ese poder para avanzar reformas estructurales profundas.
Aunque el estudio ha sido bien recibido por sectores financieros —por ejemplo, un análisis de Scotiabank proyecta que un Congreso dominado por la derecha reforzaría el peso chileno y mejoraría las perspectivas fiscales — el camino legislativo no sería sencillo.
Hugo Osorio, director de inversiones de Portfolio Capital, advirtió:
“El escenario ideal sería un gobierno de derecha con legisladores de derecha, pero eso será difícil de lograr”, dijo, en especial si surgen divergencias internas al interior del bloque.
De hecho, la derecha está dividida entre una vertiente más radical —representada por Kast y el Partido Republicano— y un sector centroderechista que agrupa a figuras provenientes de la ex Concertación, como Evelyn Matthei.
Esta ha sido crítica con algunos planteamientos del candidato.
Esa tensión podría complicar o frenar la aprobación de leyes más controvertidas del programa presidencial.
Sus promesas de campaña
En cuanto al programa de gobierno de Kast, sus promesas contemplan recortes mayores en el gasto público —alrededor de US$ 6.000 millones en los primeros 18 meses—.
Sumado a ello incluye enfrentamiento drástico de la migración irregular, reducción de impuestos y un menor número de funcionarios públicos.
Estas iniciativas reciben críticas tanto desde el oficialismo como desde sectores de la propia derecha, que cuestionan su viabilidad e impacto.
En definitiva, el estudio de Unholster perfila un giro potencialmente dramático en la arquitectura política chilena.
Si los resultados se plasman, el próximo gobierno de derecha contaría no solo con la Presidencia, sino con un Congreso dominado por sus aliados, lo que podría abrir la puerta a transformaciones profundas en reformas de mercado e institucionales.




