La noche de este jueves, 45 chilenos deportados de Estados Unidos aterrizaron en suelo nacional y pudieron reencontrarse con sus familias.
Algunos emocionados, otros indignados por el trato vejatorio que recibieron en las cárceles o centros migratorios en que estuvieron recluidos, por no tener su visa actualizada para permanecer en el país.
Al hablar con la prensa, varios dejaron en evidencia las condiciones en las que estuvieron retenidos, incluso algunos con poca comida y cero abrigo, además de nulo contacto con sus familias por no tener dinero.
"Nos trataron pésimo, nos tenían durmiendo en una sala, en el piso. Quiero decir que hay mucha gente que lo está pasando mal, gente que hace las cosas bien, que está luchando por un futuro y que tiene que someterse a cosas que son totalmente denigrantes"
Chileno deportado de EE.UU
Junto con ello, aseguró que "vienen muchos compatriotas que lo están pasando mal".
En su caso, dijo que estuvo "cuatro años pagando mis impuestos, haciendo profesión, coreografiando artistas, coreografié los Premios Billboard. El trato que te dan es pésimo, tirado en el suelo, en una sala que le dicen 'la hielera', a 12 grados, sin colchonetas; más de 30 personas en una sala que es para 9".
“Abusan con nosotros. Los sheriffs se ríen mientras nos tratan como perros”, afirmó a Radio Bío Bío Ricardo, otro de los chilenos que llegó.
Según su testimonio, fue detenido en noviembre en Miami y estuvo siete días en una “mazmorra” (cárcel). “Dormía en el piso sin comer. Me perdieron todas mis cosas”, expuso. Tras ser trasladado a Luisiana y luego devuelto a Miami, criticó la desorganización de las autoridades norteamericanas. “No sabían qué hacer con nosotros. Fue un maltrato psicológico”, aseveró.
Otro deportado aseguró que estuvo "10 días preso y 40 en Inmigración. Se me pasó la visa, están muy racistas. Te tienen esperando, de cárcel en cárcel", agregando que las llamadas para comunicarse con seres queridos, solo duraban 20 segundos.
Captura
José Fernández, otro deportado, explicó que fue arrestado pese a tener un matrimonio con una ciudadana estadounidense y trámites de residencia en curso.
“Pasé dos años y cinco meses en una cárcel disfrazada de centro migratorio. Nos hacían dormir en el suelo sin frazadas”, detalló.
Fernández aseguró que el acceso a abogados era un privilegio. “Solo llamabas a tu familia si tenías dinero. Los demás éramos animales para ellos”, aseveró.
Algunos deportados chilenos "en bóxer"
Las condiciones del viaje profundizaron el drama. “Si te arrestaban en bóxer, te deportaban así. No importaba si llevabas años allá”, señaló Fernández, mostrando documentos que reemplazaron sus pertenencias perdidas.
Cabe destacar que las familias de los chilenos deportados denunciaron poca o nula información sobre las identidades de los ciudadanos que llegarían en el vuelo chárter financiado por Estados Unidos (EE.UU.).
Incluso, algunos se quedaron con los brazos cruzados, pues tenían la esperanza de ver a sus familiares pasar la puerta del aeropuerto y terminar con meses de incertidumbre sobre su paradero, lo que no sucedió.



