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Agencia UNO
José Antonio Kast se convirtió en el presidente de Chile más votado desde la vuelta a la democracia, al obtener 7.244.197 votos, equivalentes al 58,16%, en las elecciones presidenciales del 14 de diciembre. Su ascenso político se remonta a 2016, cuando abandonó la UDI y consolidó un proyecto propio de derecha más ideológicamente rígido. Tras años de trayectoria, fundó el Partido Republicano y se posicionó como líder de la derecha, superando a la centroderecha liberal. Su estrategia para la campaña 2025, centrada en seguridad y economía, le permitió vencer en todas las regiones del país, marcando un hito en la historia política chilena.
Desarrollado por Bío Bío ComunicacionesLa noche del domingo 14 de diciembre marcó un antes y un después en la historia política chilena, pues José Antonio Kast no solo se impuso con claridad en la elección presidencial, sino que además estableció un récord inédito.
Con 7.244.197 votos, equivalentes al 58,16%, el abanderado de la derecha se convirtió en el presidente de Chile más votado desde el retorno a la democracia.
El resultado consolidó un proceso político que comenzó formalmente hace casi una década, cuando en 2016 Kast decidió abandonar la UDI, partido al que había estado ligado desde los años 80 y donde fue considerado uno de los herederos políticos de Jaime Guzmán.
Su salida no fue silenciosa: acusó a la colectividad de haberse alejado de los principios fundacionales del gremialismo y optó por construir un proyecto propio, más rígido ideológicamente.
Ese quiebre terminó por redefinir a la derecha chilena. Mientras Chile Vamos no logró levantar un liderazgo claro tras el fallecimiento de Sebastián Piñera, Kast avanzó paso a paso hasta posicionarse como el referente dominante del sector, desplazando a la centroderecha liberal que había gobernado en ciclos anteriores.
Cabe señalar que su historia política se remonta a los años universitarios, cuando conoció a Guzmán en la Universidad Católica y comenzó a participar activamente del gremialismo.
A diferencia de Piñera, Kast apoyó el Sí en el plebiscito de ese año y participó de la franja televisiva en apoyo a Augusto Pinochet.
Tras ejercer como abogado durante los años 90, dio el salto al Congreso en 2002, representando a Buin, Calera de Tango, Paine y San Bernardo.
Desde ahí se caracterizó por posturas conservadoras, oponiéndose con fuerza a la ley de divorcio. Más tarde intentó, sin éxito, presidir la UDI en 2008 y 2010, derrotado en ambas ocasiones por Juan Antonio Coloma.
El primer gran intento presidencial llegó en 2018, cuando compitió contra Sebastián Piñera y obtuvo un 7,93%.
Un año después fundó el Partido Republicano, formalizando una identidad política que, a su juicio, la centroderecha había diluido. Para 2021, la colectividad ya estaba constituida en todo el país.
El estallido social lo encontró como uno de los críticos más duros del proceso constitucional. Estuvo en contra al Acuerdo por la Paz, se opuso al plebiscito de entrada y luego emergió como uno de los principales líderes del Rechazo, tanto en el proceso de 2022 como en el de 2023.
En paralelo, su segundo intento presidencial tomó forma con una estructura mucho más sólida. Cristián Valenzuela se convirtió en el principal estratega, Carolina Araya asumió un rol clave en las comunicaciones y Julio Feres lideró la campaña.
La imagen de José Antonio también se renovó: el jingle “Vota 2, vota Kast” se viralizó y el candidato comenzó a explorar un tono menos rígido, especialmente en redes sociales.
En 2021, sorprendió al pasar a segunda vuelta en primer lugar, dejando atrás a Sebastián Sichel. Sin embargo, terminó derrotado por Gabriel Boric, en una contienda marcada por el clima post estallido y el protagonismo de la Convención Constitucional.
Esa derrota, sumada al rechazo del segundo texto constitucional en 2023, dejó lecciones profundas.
La campaña 2025 se diseñó en función de esos aprendizajes. Bajo la idea de un “gobierno de emergencia”, el comando evitó debates identitarios y centró el discurso casi exclusivamente en seguridad y economía.
El plan debió enfrentar amenazas desde ambos flancos: el ascenso inicial de Evelyn Matthei y, más tarde, la irrupción de Johannes Kaiser, exaliado convertido en rival.
Pese a las tensiones, la derecha tradicional y los partidos de centro terminaron alineándose tras su candidatura.
Finalmente, José Antonio Kast se impuso en todas las regiones del país, según el conteo oficial del Servel, sellando una victoria transversal que superó ampliamente los registros de todos los presidentes electos desde 1990.