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EFE
Jair Bolsonaro confesó manipular su tobillera electrónica pero negó un intento de fuga. El ex presidente de Brasil pasó su primera noche en prisión preventiva en la Superintendencia de la Policía Federal en Brasilia, tras ser acusado de quemar el dispositivo. Alegó que el motivo sería una conducta paranoica y alucinaciones por el uso de medicamentos. A pesar de contar con problemas de salud, su equipo médico lo encontró estable y se suspendió uno de los fármacos, mientras sus abogados piden prisión domiciliaria humanitaria por su avanzada edad y estado.
Desarrollado por Bío Bío ComunicacionesEl ex presidente de Brasil Jair Bolsonaro negó haber quemado su tobillera electrónica, para fugarse de la prisión preventiva que mantiene desde el sábado.
El líder de ultraderecha justificó su conducta como un episodio de "paranoia" y "alucinaciones", derivadas del consumo de varios medicamentos.
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Bolsonaro pasó su primera noche en prisión en la sede de la Superintendencia de la Policía Federal en Brasilia. Se encuentra ahí después de que la Corte Suprema detectara una "amenaza al orden público" y "riesgo de fuga concreto".
El capitán retirado del Ejército, condenado a 27 años de cárcel por golpismo, se dejó ver durante unos instantes en la entrada de la superintendencia.
Según reportó EFE, se acercó para despedirse de su esposa, aunque en ningún momento salió del edificio.

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En la sesión de control se sometió a las preguntas de una jueza auxiliar del magistrado del Supremo Alexandre de Moraes, relator del proceso por golpismo y quien ordenó su ingreso en prisión preventiva la mañana del sábado.
Una de las razones de la orden de prisión fue el hecho de que el exjefe de Estado confesó haber quemado con un soldador la tobillera electrónica impuesta por el Supremo para controlar sus movimientos. Antes de su arresto, cumplía prisión domiciliaria desde agosto.
Bolsonaro achacó sus acciones a los efectos colaterales de haber mezclado pregabalina (antiepiléptico) y sertralina (antidepresivo), según el informe de la audiencia.
El exgobernante, de 70 años, arrastra problemas de salud, como crisis de ansiedad, episodios de hipo y vómitos. Estos trastornos los atribuye a la grave puñalada que sufrió en la campaña electoral de 2018 y que le ha obligado a pasar varias veces por el quirófano.
El exmandatario también alegó ante la jueza que no duerme bien y que estaba "alucinado" y en un estado de "cierta paranoia" porque creía que en el interior de la tobillera había un sistema de escucha.
Relató que comenzó a manipular el aparato desde la tarde del viernes hasta la medianoche del sábado. Ese día el dispositivo lanzó una alerta a las autoridades brasileñas.
No obstante, negó que intentara quitársela para fugarse, como sostiene el juez instructor. Además, rechazó la teoría de que iba a aprovechar una vigilia de simpatizantes convocada por uno de sus hijos cerca de su casa para huir.
Ante este panorama, un equipo de médicos lo evaluó y constató que está "estable", aunque suspendió la prescripción de uno de los medicamentos, que sospecha que pudo haberle causado esa supuesta confusión mental.
Sus abogados utilizaron ese argumento para volver a solicitar al Supremo que le conceda una prisión domiciliaria "humanitaria".
En su petición, explicaron que Bolsonaro intentó romper la tobillera por el uso de los fármacos para sus crisis de hipo, por "el estrés" al que está sometido y por su "avanzada edad".
Además, resaltaron la imposibilidad de cualquier intento de fuga, ya que la residencia de su cliente estaba "vigilada de forma ininterrumpida" por la Policía.