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Captura | T13
La Universidad Finis Terrae se ve envuelta en una grave denuncia tras un exalumno de doctorado acusar al académico Hermann Zbinden Foncea de realizar una biopsia muscular irregular durante una clase. Zbinden es investigado por la Fiscalía por ejercicio ilegal de la profesión médica, lesiones y experimentación en seres humanos. La intervención, sin autorizaciones éticas ni sanitarias adecuadas, se realizó durante una sesión del Doctorado en Ciencias del Ejercicio, donde se presionó a los alumnos para participar. Testimonios describen un procedimiento inapropiado, con el joven perdiendo el conocimiento, y el docente abandonando el laboratorio con comentarios perturbadores. La universidad ha iniciado una investigación interna y medidas disciplinarias contra Zbinden, mientras el denunciante enfrenta secuelas físicas y psicológicas. Se desconoce si este caso es aislado y si existen más situaciones similares en la institución.
Desarrollado por Bío Bío ComunicacionesUna grave denuncia sacude a la Universidad Finis Terrae, luego de que un exestudiante de doctorado acusara que un profesor le practicó una biopsia muscular irregular durante una clase.
La víctima afirmó que Hermann Zbinden Foncea, académico de Educación Física, realizó el procedimiento.
El docente, quien se desempeñaba como director de Postgrados e Investigación de la Escuela de Kinesiología, es actualmente investigado por la Fiscalía Metropolitana Oriente por tres delitos: ejercicio ilegal de la profesión médica, lesiones y experimentación en seres humanos.
De acuerdo con los antecedentes revelados por Reportajes T13, los hechos ocurrieron en mayo de 2024, durante una sesión del Doctorado en Ciencias del Ejercicio.
Testimonios indican que Zbinden habría decidido obtener muestras de tejido humano para fines científicos, eligiendo directamente a los alumnos que participarían.
Aunque la actividad se presentó como “voluntaria”, varios estudiantes afirmaron haber sentido presión para aceptar, especialmente quienes dependían de becas o evaluaciones del académico.
El procedimiento, además, se realizó sin las autorizaciones éticas ni sanitarias correspondientes, y fuera de un entorno médico adecuado.
Una de las testigos relató que la intervención comenzó a las siete de la mañana, “cuando casi no había nadie en la universidad”, lo que consideró una acción “hecha bajo la mesa”.
La querella incluye audios en los que se escucha al estudiante quejarse de dolor.
En ese contexto, uno de los presentes describió el momento como “escalofriante”.
“El estudiante seguía mordiendo la camisa, esa mordaza que tenía, intentando afirmarse a la camilla. Se observaba que estaba con toda la musculatura contraída en las piernas y cuando pasa la primera capa, la fascia, pasa fuertemente, se escucha el tac de golpe y se escucha un segundo, un segundo golpe”.
Además, relató que el joven perdió el conocimiento tras la segunda extracción.
Mientras sus compañeros intentaban asistirlo, el docente habría abandonado el laboratorio, regresando horas después.
“Dijo: ‘Qué bueno que le pasó a este sujeto y no a alguien externo a la universidad’”, contó otro testigo.
El abogado querellante, Emiliano Arias, explicó que se configuraron tres delitos. “Son ejercicio ilegal de la profesión, que ejerciendo ilegalmente la profesión ciertas personas le ocasionaron lesiones a este estudiante y que además en el contexto de experimentación en seres humanos, porque no eran lesiones destinadas a mejorar la salud, sino que precisamente para ser usadas en estudios”, explicó.
Cabe señalar que la Universidad Finis Terrae confirmó la apertura de una investigación interna y la adopción de medidas disciplinarias contra Zbinden, sin precisar su situación contractual.
Por su parte, el denunciante, que abandonó el doctorado, continúa enfrentando secuelas físicas y psicológicas del episodio.
Hasta ahora, no se ha podido establecer si se trató de un hecho aislado o si existirían más episodios similares dentro de la institución, aunque algunos estudiantes admitieron, fuera de micrófono, que en el entorno universitario persisten dinámicas de poder y coacción que dificultan nuevas denuncias.