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El caso de la desaparición y posterior hallazgo del cuerpo de Francisco Albornoz, un joven farmacéutico de 21 años, en el río Tinguiririca, en la región de O’Higgins, se ha transformado en un homicidio calificado. Dos sospechosos, Christian González, un médico ecuatoriano de 31 años, y José Miguel (Kai) Baeza, un chef chileno de 43, fueron formalmente acusados en una audiencia donde se reveló que Albornoz sufrió un traumatismo encefalocraneano. Nuevos detalles surgieron durante la investigación, incluyendo conversaciones y evidencia de planificación del crimen, como la compra de cocaína y elementos para limpiar el departamento de González después del crimen.
Desarrollado por Bío Bío ComunicacionesEl trágico caso de la desaparición de Francisco Albornoz, un joven farmacéutico de 21 años, ha tomado un giro oscuro tras el hallazgo de su cuerpo en el río Tinguiririca, en la región de O’Higgins.
El joven desapareció el 23 de mayo, y, tras encontrar su cadáver, la investigación ahora se centra en este caso catalogado por la justicia como un homicidio calificado.
Recordemos que el pasado 7 de junio, se realizó la formalización contra los dos principales sospechosos: Christian González, un médico ecuatoriano de 31 años, y José Miguel (Kai) Baeza, un chef chileno de 43.
En la audiencia, la Fiscalía presentó detalles que descartan una sobredosis como causa de muerte, revelando que Francisco sufrió un golpe severo en la cabeza que provocó un traumatismo encefalocraneano.
La fiscal Rossana Folli aseguró que este crimen no fue accidental, sino que fue premeditado, con la intención clara de matar.
Además, se indicó que encontraron el cuerpo de Albornoz en un saco de dormir, el cual trasladaron en el maletero de un automóvil hasta el río Tinguiririca.
Según la investigación, los imputados arrojaron el cuerpo desde una altura aproximada de 50 metros. En el trayecto, hicieron una parada para comprar papas fritas y bebidas, lo que resultó expuesto durante la audiencia.
Un reportaje de CHV Noticias entregó nuevas pistas sobre los eventos previos al crimen, basadas en los relatos de los imputados.
Christian González, el médico ecuatoriano, desclasificó una conversación que mantuvo con José Miguel ‘Kai’ Baeza antes del crimen.
“Salí de mi trabajo a las 21:00 horas. Me dijo que iba a llevar a mi departamento cocaína, limones, paños y plástico para que mi cama no se ensuciara y todo sea más fácil de botar”, aseguró.
Sumado a esto, González afirmó: "Cerca de las 21:15 horas fui hasta avenida Bustamante y pagué en efectivo la cocaína. Compré cuatro bolsas de cocaína que equivalen a 35 mil pesos".
El médico también detalló que durante la reunión, Kai Baeza había dispuesto droga y otros elementos que, aparentemente, utilizaba en sus encuentros de carácter sexual.
Otro dato relevante que surgió es que no registraron a Francisco Albornoz en el libro de visitas del edificio donde vivía el profesional de la salud.
Tras el crimen, González habría contratado los servicios de una empresa externa para realizar una limpieza profunda en su departamento y en las áreas comunes por donde Albornoz había transitado.
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