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La familia Di Girolamo se refirió al sobreseimiento de Cristián Campos por prescripción de la acción penal, que impidió la continuación del proceso judicial. A pesar de que se consideraron probados tres hechos de connotación sexual ocurridos entre 1989 y 1995, no podrán ser sancionados. La Fundación para la Confianza compartió la declaración completa de la familia Di Girolamo al respecto.
Desarrollado por Bío Bío ComunicacionesLa familia Di Girolamo publicó este viernes un extenso comunicado en el cual se refirió al sobreseimiento de Cristián Campos.
Recordemos que el 34° Juzgado del Crimen de Santiago resolvió aquello debido a la prescripción de la acción penal, lo que impide la continuación del proceso judicial.
El juez a cargo del caso consideró probados tres hechos de connotación sexual ocurridos entre 1989 y 1995, pero que, debido a la prescripción, "no pueden ser sancionados".
En una publicación compartida por la Fundación para la Confianza, la familia de Raffaella di Girolamo se pronunció al respecto.
Ha pasado poco más de un año desde el inicio de la investigación de este proceso y son muchas las personas que se acercaron con cariño y respeto para acompañarnos. Ha sido un camino complejo pero necesario para establecer la verdad y lograr sanar. A ratos se ha hecho más difícil, pero nunca nos hemos soltado de las manos, y seguimos adelante. Nos pusimos a disposición de la justicia para lograr que la verdad saliera a la luz y finalmente fuese establecida a través de una investigación imparcial y seria.
Fueron largas horas de declaraciones y testimonios, a veces extremadamente dolorosos, no solo de Raffaella, sino también de cada uno de los miembros de nuestra familia; además de cercanos y personas que el magistrado consideró necesarias para establecer los hechos.
Colaboramos en todo momento siempre atentos/as a lo que se requería para continuar, sin ataques ni virulencia hacia nadie. Continuamos por el camino que nos pareció el más necesario, verdadero y honesto.
En este largo viaje hemos visto de todo. Hemos visto de lo que es capaz el ser humano: la ignorancia, la instalación de la duda, el cinismo, la frivolidad, la vulgaridad. La crueldad, la inhumanidad. Hemos recibido graves y violentas ofensas, también desprecio; incluso burlas por parte de algunas personas, y de cierta prensa que ventiló a diestra y siniestra la filtración de información reservada, provocando en la sobreviviente de abuso que tuvo el coraje de denunciar, una revictimización constante con las brutales consecuencias que eso conlleva; y por supuesto están las redes sociales.
Nada de eso nos movió un ápice de nuestro centro ni nos restó fortaleza; todo lo contrario. Resistimos con firmeza todos los ataques y persecuciones en silencio, porque nuestro afán jamás fue distraer la investigación con declaraciones o entrevistas externas al camino de transparencia y honestidad que debe prevalecer en una investigación de esta relevancia y seriedad.
Hoy se cierra un proceso legal con un fallo que determina que los hechos de abuso sexual sí ocurrieron, y fueron cometidos por Cristián Campos.
Valoramos y agradecemos la labor minuciosa y responsable por parte de la Justicia. Nosotros también cerraremos de a poco una etapa que hubiésemos querido que no ocurriera jamás, y seguiremos unidos. Tenemos la certeza de que en estas instancias nadie gana, puesto que lo que sucedió, no se borra con un dictamen. Ayuda, pero no lo disuelve.
Queremos hablarles a las miles de víctimas de abuso sexual de nuestro país y a sus familias; decirles que denunciar los hechos, que alzar la voz públicamente es tremendamente necesario e importante, pues ayuda a instalar un debate urgente para promover reformas sociales, políticas públicas y eventualmente lograr cambios estructurales. Es primordial avanzar en la construcción de una sociedad cimentada en valores éticos, morales y en la conciencia de los límites del respeto y del cuidado.
Se requiere fuerza, unión familiar y compañerismo porque la tarea es larga y difícil; pero si realmente queremos cambiar culturalmente nuestro país, la primera tarea es confrontar y sanar todas las heridas frente a la ley. Esa es la manera de construir nuevas generaciones limpias de la violencia y la huella imborrable que producen los múltiples delitos de abuso.
Nos preguntamos: ¿Qué pasaría si visibilizáramos la tragedia del abuso en todo el país? ¿Qué pasaría si llenáramos las calles y plazas de cada ciudad de nuestro territorio con personas abusadas? Con mujeres, hombres, niños, niñas y diversidad de género que han sido o son violentados y violentadas por la marca de la perversidad. ¿Cuántas, cuántos serían? ¿Quiénes las escucharían? ¿Cuál sería su grito? Pensamos que quizá eso es lo que hace falta para que nuestro sistema político-social, cada vez más desvinculado de lo humanamente pendiente, despierte y se ponga en acción.
Por último, queremos destacar que en este proceso; la fortaleza de Raffaella, la resistencia y la capacidad de seguir adelante con sus hijos, con su trabajo y con su vida, nos ha demostrado que la verdad es el único camino para sanar y hacer justicia.
Nunca es tarde.