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Hijos de matrimonio asesinado en Graneros recordaron su historia de amor y revelaron sueño truncado

Escrito por:   Juan Soto

Matrimonio asesinado en Graneros

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Los hijos del matrimonio asesinado en Graneros, Rodrigo y Rosario González, recordaron la historia de amor de sus padres y revelaron el sueño inconcluso que dejaron con ellos, tras el trágico suceso donde Carolina Calleja y Rodrigo González perdieron la vida. Relataron cómo se enteraron del asesinato, con llamadas a altas horas de la madrugada, y contaron anécdotas sobre la relación de sus padres. Los restos de la pareja fueron despedidos en una emotiva misa en Vitacura, donde los hijos leyeron cartas dedicadas a sus padres. También compartieron los sueños pendientes que tenían en conjunto con sus padres, como terminar la construcción de un quincho y competir en el Campeonato Nacional de Rodeo junto a su papá.

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Rosario y Rodrigo González, hijos del matrimonio asesinado en Graneros, hicieron un repaso por la historia de amor de sus padres y revelaron su sueño inconcluso.

Recordemos que el fatal hecho ocurrió durante la madrugada, cuando Carolina Calleja (51) y Rodrigo González (63) fueron baleados en su propiedad, en la localidad de la región de O'Higgins.

Al percatarse de que unos sujetos habían irrumpido en su hogar, la mujer solicitó auxilio a Carabineros por vía telefónica.

"Nos están robando acá en Nuevos Campos, al fondo, donde está la medialuna. Hay como cuatro personas, nos están disparando. Por favor, vengan. Urgente", alcanzó a decir, antes de que la llamada se interrumpiera de manera abrupta.

"Fue bien chistosa la manera en que se conocieron. Ellos siempre lo contaban. Resulta que mi papá iba en un auto y mi mamá estaba con una de sus hermanas, Macarena, en un signo pare. Mi papá pasó, lo miraron y mi mamá le dijo a ella: 'Yo me voy a casar con él'", contó Rodrigo a El Mercurio.

"No tengo claro si se cachaban de antes, pero sí que tenían grupos de amigos similares por el rodeo, que a los dos les gustaba mucho. Mi papá tiraba pinta cuando joven", añadió Rosario, al citado medio.

Sin embargo, terminaron su relación en un momento determinado. "No sé por qué fue que pasó eso, pero mi papá contaba que un día fue a verla y le dijo: 'Volvamos a pololear, pero si volvemos es para casarnos'", explicó el hijo. Y lo hicieron. El matrimonio fue en 1992.

"Mi papá como que la sometía a un ‘suplicio de besos', era agotador en su forma de querer, él la agarraba a besos y en las mañanas escuchábamos siempre a mi mamá decir: ‘Ya, ya, ya'”.

Cabe señalar que Rodrigo y Rosario estudiaron en el mismo lugar en que su madre era la asistente de Familia: el colegio La Cruz de Machalí.

"Ninguno de los dos se portaba mal en el colegio, pero de repente uno tiraba una tallita en la sala y te echaban de la clase. Entonces, mi mayor susto era que mi mamá pasara caminando y me viera", recordó Rodrigo.

"Me escondía detrás de los postes para que no me viera, o me iba derechamente a la oficina del prefecto, del inspector, porque prefería estar ahí a que me viera afuera de la sala”, añadió.

Hijos de matrimonio asesinado en Graneros contó cómo se enteraron de la tragedia

La madrugada del asesinato del matrimonio en Graneros, Rodrigo recibió una llamada a las 4 de la mañana, de un número desconocido: era un teniente de Carabineros.

“Apenas se presentó supe que algo malo les había pasado a los dos", comentó. Minutos después le contó a su hermana.

"Él estaba muy calmado y empezó a contarme. Como estaba despertando, yo no entendía nada y cuando atiné lo bombardeé a preguntas. Él dijo que estuviera tranquila, que él se iría a duchar y me pidió que armara un bolso para irnos a Rancagua. Yo estaba en shock", contó Rosario.

Él, por su parte, confidenció que "a ella se lo conté cuando paré de tiritar".

Los restos de Rodrigo y María Carolina fueron despedidos el viernes 14 con una misa en la parroquia San Francisco de Sales, en Vitacura. Allí se leyeron dos emotivas cartas de los hijos.

"A mí me costó partir cuando la escribí, pero después fue fluyendo. La escribí en mi celular con mi estilo de dejar pausas, con puntos suspensivos… en realidad me costó un poco partir porque uno no se quiere enfrentar a hacerlo”, indicó Rosario.

Rodrigo, por su parte, sostuvo que "el día anterior estuve como tres horas y llevaba como una línea. Sentía que todo lo que quería decir se lo quería decir a ellos y no al público… me costó unas diez lloradas".

Por último, manifestaron los sueños inconclusos que dejaron en conjunto con sus padres: terminar el quincho que tenían en construcción y correr junto a su papá en el Campeonato Nacional de Rodeo.

Sé que no se viene fácil, pero ya estoy en paz… dentro de lo que se puede", cerró Rosario.