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¿Quién era Antares de la Luz? Los detalles de la secta de Colliguay que impactaron hace 12 años

Escrito por:   Javier Arriagada

Antares de la Luz y la Secta de Colliguay

Archivo | Agencia UNO

El próximo 25 de abril, Netflix estrenará su documental Antares de la Luz: La secta del fin de mundo, el cual relata uno de los crímenes más trágicos de la historia reciente de Chile.

Recordemos que en 2009, Ramón Castillo Gaete, conocido como “Antares de la Luz”, formaba parte de un grupo de sanación que, con el tiempo, evolucionó hasta convertirse en una secta.

Este grupo comenzó compartiendo un departamento en la comuna de Las Condes, para luego mudarse a Olmué y, finalmente, en 2011, establecerse de manera definitiva en San José de Maipo.

Antares de la Luz había comenzado a reunir seguidores durante sus años universitarios, y posteriormente, a través de las asesorías de “sanidad interior” que ofrecía junto a la Productora Calypso.

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Entre los integrantes del grupo se encontraban la actriz María del Pilar Álvarez, la auxiliar de vuelo Karla Franchy, el publicista David Pastén, el realizador audiovisual Pablo Undurraga, la ejecutiva bancaria Carolina Vargas, y la diseñadora gráfica Natalia Guerra, con quien más tarde tendría un hijo.

La secta se instaló en Colliguay, en una cabaña de adobe improvisada, cuyo techo estaba cubierto de planchas de zinc, con suelo de tierra y sin servicios básicos como baño, agua o luz.

Archivo | Agencia UNO

La secta de Colliguay: sacrificios, rituales y sumisión

Para asegurar la lealtad incondicional de sus seguidores, Castillo Gaete los visitaba junto a sus familias para persuadirlos de romper sus vínculos.

Además, en algunos casos, los obligaba a matar a sus mascotas, bajo la premisa de que eran malignos, según reportes del diario La Segunda.

Cabe señalar que las actividades del grupo estaban frecuentemente acompañadas del consumo de ayahuasca, una bebida alucinógena de origen indígena.

Bajo sus efectos, Antares se proclamaba un Dios, y llegaba a extremos tales como deshacer las parejas dentro de la secta, para luego iniciar relaciones sexuales con Natalia Guerra y otras mujeres del grupo.

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Según el fiscal de Quilpué, Juan Emilio Gatica, los miembros de la secta mantenían económicamente a Antares, arrendando propiedades y solicitando préstamos para financiar sus demandas.

La investigación también reveló métodos de castigo físico y psicológico empleados por Antares.

Por ejemplo, ordenaba a sus seguidores desnudarse para golpearlos con palos o, en el caso de las mujeres, las obligaba a cortarse el cabello.

Asimismo, les prohibió quedar embarazadas, argumentando que cualquier niño nacido dentro del grupo sería el anticristo y debería ser sacrificado.

Archivo | Agencia UNO

El sacrificio de un bebé en la secta de Colliguay

Siguiendo esta creencia, Antares indujo a Natalia Guerra a sacrificar a su hijo de dos días.

Durante el rito, realizado el 23 de noviembre de 2012, se utilizó una estructura similar a una carpa iglú con el techo abierto, donde el bebé fue colocado sobre una tabla que luego se removió, haciendo que cayera sobre piedras calientes.

De acuerdo a los testimonios, Antares no tocó al recién nacido, para no “contaminarlo” mientras el acto ocurría.

Por este horrendo crimen, Natalia Guerra fue condenada por parricidio, en marzo de 2017, y Pablo Undurraga por homicidio calificado.

El hallazgo de Antares de la Luz en Cusco

En 2012, Antares viajó a Cusco, Perú, en busca de más drogas. Al enterarse de que la policía estaba investigando a la secta, alertó a sus seguidores.

Agencia UNO

Seis días después de que el caso se hiciera público, Castillo Gaete fue encontrado muerto, tras ahorcarse en una viga de una casa abandonada.

Cabe señalar que su muerte fue reportada por una persona en situación de calle que frecuentaba el inmueble.