Mía Schem es una joven franco-israelí, nieta de chileno, de 21 años que vivió un secuestro el 7 de octubre por Hamás y la liberaron 54 días después. Luego de transcurrir la dolorosa experiencia del cautiverio y el infierno de la guerra en la Franja de Gaza, Schem admitió que le tocó vivir “un holocausto”.

La mujer secuestrada por la organización terrorista habló también de los dramáticos momentos que padeció como rehén y dio a conocer “la única razón” por la cual no resultó violada por su captor.

El 7 de octubre una multitud de jóvenes se preparaba para disfrutar de un espectáculo de música en el sur de Israel, pero una secuencia de fuego y terror los sorprendió súbitamente. Centenas de víctimas perdieron la vida tras ser alcanzadas por los bombardeos de Hamás, mientras que otras decenas resultaron secuestradas. Entre ellas se encontraba Mía Schem, de 21 años, que recién la liberaron el 30 de noviembre cuando se pactó el cese de hostilidades por el término de una semana.

La liberación de Mia Schem

Tras ser liberada, Schem rompió el silencio y se animó a contar su experiencia en el marco de una entrevista transmitida por el Canal 13 de la televisión israelí.

Cuando la muchacha salió del auto incendiado de un amigo, de repente la capturaron y comenzó a ser tocada por su captor. El hombre se detuvo cuando ella gritó por una grave herida que tenía en el brazo, ocasionada por un disparo.

“Empecé a gritar, a volverme loca”, explicó la joven. El panorama a su alrededor era un infierno: “Había vehículos quemados, cadáveres”.

Condujeron y retuvieron a Mía Schem en una casa con una familia, mientras era vigilada las 24 horas del día por el padre. Durante la entrevista, la mujer de 21 años advirtió que se sentía intimidada por las constantes miradas del hombre, lo que incrementó su temor a que le hiciera daño.

La joven relató asimismo cuál es “la única razón” por la que no la violó su captor.

“Su esposa estaba fuera de la habitación con los niños”, describió Schem y concluyó: “Esa fue la única razón por la que no me violó”.

Encierro, hambre y supervivencia en cautiverio

La joven secuestrada tampoco tenía buen vínculo con la esposa de su captor. Incluso a veces le negaba la comida durante varios días consecutivos, según el testimonio de la mujer que permaneció 54 días en cautiverio, informó Perfil.

Shem estaba tan paralizada que casi no durmió durante ese dramático lapso. Tampoco pudo ducharse ni recibió medicamentos.

Los hijos de la familia donde estuvo retenida, esporádicamente se acercaban a observarla como si se tratara de “un animal de zoológico”.

Más allá de la historia, la joven adquirió cierta notoriedad pública cuando Hamás difundió un video de ella durante el cautiverio. Shem aparecía acostada en una cama mientras alguien le vendaba el brazo derecho y ella insistía en que quería “volver a casa”. En aquel momento en que todavía se desconocía el destino de los secuestrados, fue la primera señal de vida de los rehenes.

Sus últimos días como rehén los pasó en un túnel, donde la retuvieron con otros rehenes. La joven expresó que en aquel entonces “sabía” que pronto sería liberada.