El pasado 17 de noviembre, falleció Luis Larraín, activista del movimiento LGBTIQ+ y cofundador de Fundación Iguales, a los 42 años.
Fue el pasado 26 de enero cuando fue diagnosticado con un agresivo cáncer que afecta el sistema inmune, que finalmente le quitó la vida.
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Mónica Stieb, madre de Larraín, conversó con La Tercera y relató el difícil proceso de la enfermedad de su hijo.
“El mes de febrero me lo lloré entero. Como que no estaba en la tierra. Era una pesadilla, pero real. Como que uno quiere despertar y no, estás despierta. Es desgarrador”, afirmó.
Los meses siguientes, y antes de que la enfermedad se volviera de extrema gravedad, realizaron dos viajes.
“Le pregunté qué parte de Chile le gustaría conocer y que no conocía. Ahí me habló de Chiloé. Así que rápidamente partimos a Chiloé“, comentó Mónica.
Además, manifestó que “él ya había empezado con la quimio. Estaba sin pelo y esa parte fue muy fuerte. Porque él se sentía súper bien, pero era terrible verlo. Tenía los ojos como oscuros, sin pelo, se veía súper enfermo”.
Luego, viajaron a Alemania, junto a otra de sus hijas y una nieta en septiembre, pero al regresar a Chile, la salud de Luis Larraín empeoró.
“No sé si fue intuición maternal o qué, pero yo por dentro pensé ‘de aquí no sale’. Llegó tan mal al auto. O sea, después de bajar los cuatro pisos llegó como un bulto. Se desparramó en el auto, porque no podía respirar”, expresó Stieb.
Luego de dos meses, la noche del 17 de noviembre, Luis “estaba sedado y roncaba mucho”, recordó su madre y agregó que “le tomé la mano y, de repente, sentí que no estaba roncando”.
“Había unas auxiliares en la pieza y les pregunté si no estaba respirando. Ahí se desencadenó todo. Murió unos segundos después, conmigo. Nació conmigo y murió conmigo“, contó y reveló que, cuando llegaron sus otros hijos y su esposo, le dijo al cuerpo de su primogénito: “Hiciste todo bien”.
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