El chileno Manuel Díaz Albornoz estuvo prófugo de la justicia durante 10 años, tras matar de 17 puñaladas a su novio, Christopher Palominos. Luego de cometer el crimen, el sujeto huyó a Mendoza y posteriormente a San Juan, donde inició una nueva relación con el argentino Ramón Díaz.

El trasandino se convirtió en una pieza clave para la captura del chileno. En entrevista exclusiva con Página 7, reveló desconocidos detalles de esta historia que estremeció a Chile y Argentina.

Ramón conoció a Manuel durante una visita que hizo a Mendoza. Aquel 8 de febrero, ambos coincidieron en un club nocturno. “Simpatizamos, éramos compatibles en algunas cosas, y desde ahí no perdimos el contacto. Empezamos a visitarnos”, relató sobre la relación sentimental que inició como cualquier otra.

En ese entonces, Díaz Albornoz le comentó que estaba en Argentina por trabajo. “Me dijo que no quería regresar a Chile porque tenía problemas familiares por un caso de homicidio dentro de su casa“, recordó Ramón. Asimismo, más adelante le comentó que había tenido roces con un grupo neonazi por su orientación sexual, y tenía miedo de volver a su país por las represalias.

Al poco tiempo de iniciar su relación, Manuel se mudó a la localidad de San Juan. “Estuvimos viviendo unos meses juntos en mi casa”, precisó el argentino.

Cedida  a Página 7
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Sin embargo, tras empezar a convivir, indicó que notó conductas violentas y celópatas de su parte. “La relación se volvió más complicada, porque comenzó a tener otros amigos en el entorno. Incluso un día lo encontré consumiendo drogas”, describió. En este contexto, reconoció que decidió terminar la relación cuando Manuel lo obligó a decidir entre él o su padre que estaba enfermo, y a quien debía cuidar todo el tiempo.

Tras terminar la relación, el sujeto -según narró- lo invitó a su casa para devolverle el dinero que le debía. No obstante, él tenía planeado atacarlo. “Cerró la puerta con llave, me preguntó qué pasó con nuestra relación y empezó a golpearme tan fuerte que me tiró al piso. Al incorporarme me puso una soga en el cuello. Ya no podía pedir auxilio“, relató el joven, quien agregó que con sus dedos intentó aflojar el cordel y le mordió el brazo para que lo liberara.

Posteriormente logró soltarse, pero el lo amenazó con un cuchillo. Afortunadamente los dueños del inmueble estaban cerca. “Le dije: ‘Déjame salir y no te denuncio’. Lo hizo”, recordó sobre el violento episodio que sufrió en 2010 y donde recuerda haber sentido el filo del arma por su cuello mientras dormía.

La verdad que le reveló Google

Luego de ataque que casi le costó la vida, Ramón decidió alejarse de él, pero Manuel siguió rondando su vida. Incluso, dijo que en una ocasión se juntaron para tomar un café. Fue en esa instancia en la que el argentino se dio cuenta que su ahora expareja, había instalado la aplicación de Facebook en su celular. Este detalle le llamó la atención, ya que él nunca utilizó redes sociales.

Por este motivo, decidió buscarlo en la plataforma. “Yo no estaba interesado en su vida, pero sospeché que estaba mintiendo”, precisó Ramón. Sin embargo, al no encontrar datos relevantes en Facebook, decidió ingresar su nombre en Google. Fue en ese momento cuando se enteró de la terrible realidad: Manuel Díaz estaba prófugo de la justicia tras asesinar a su pareja de 17 años.

Cedida a Página 7
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“Me bajó la presión, me puse a llorar. Entendí por qué no quería volver a Chile. Entendí que yo pude haber sido la segunda víctima”, reflexionó, admitiendo que durante 2 meses guardó silencio, debido al shock que le provocó la situación. “Dije: ‘Algún día lo pillará la policía’. No es problema mío”, reconoció.

El plan para capturarlo

No obstante, tras conocer la verdad, Ramón comenzó a tener cargo de conciencia e incluso soñó con la víctima. Al ponerse en su lugar, decidió idear un plan para que la Justicia lograra capturarlo. En este plano, se juntó nuevamente con él, y le reveló que sabía lo del crimen. “Se puso muy nervioso, pero le dije que no se expusiera porque lo estaban buscando”, reveló.

Paralelamente, el argentino recopiló pruebas que podían ayudar a su detención y las envió a la PDI a fines de 2016. Precisamente a diez años de la muerte de Christopher (17 de enero del 2007), Manuel declaró ante la justicia. Por otra parte, por más de 6 meses tuvo que mantenerse en contacto con el acusado, fingiendo estar enamorado de él, para no perderle el rastro ante un nuevo posible escape. “Tuve que hacer de actor, investigador, de mi propio psicólogo”, describió.

Cedida a Página 7
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Finalmente el 7 de septiembre de 2017 fue capturado por la policía, y en enero de 2018 extraditado a Chile. Después de dos años de su regreso, fue condenado a presidio perpetuo simple, por el delito de parricidio.

Una familia agradecida

Al convertirse en una pieza clave en la investigación, la familia de la víctima generó un importante lazo con él. “El sentimiento es de un cariño inmenso. Los quiero mucho. Llevé su dolor hasta la Justicia, compartí mucho con ellos e inclusive dormí en la casa donde Christopher vivía con sus padres“, confesó Ramón. Además, trajo una placa en memoria del joven fallecido y la puso en su tumba.

“Yo les dije que el juicio era el punto final del dolor, del odio, de los malos recuerdos, que no recuerden cómo murió. Obvio que eso queda en la memoria, pero que traten de sacar esa pena, que vivan su vida y no tomados del pasado”, reflexionó.

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Un mensaje al asesino

“Nunca sentí odio, no sé qué es eso. Yo perdoné lo que me hizo, aún sabiendo que en realidad me quiso matar (…) Solo lamento mucho lo que hizo. Siento y tengo una gran decepción con esa persona. No entiendo cómo alguien puede ser tan frío de matar a alguien y dejarlo abandonado en la casa por cuatro días y vivir la vida como si nada”, señaló.

“Le diría que 10, 20, o 40 en la cárcel, es justicia para la familia”, comentó, aconsejando que le pida perdón a la familia de Christopher por todo el daño que les causó.

“Si tuviera la oportunidad de verlo, le preguntaría ¿por qué? Pero sin mentiras (…) Lamento todo por su familia, pero era justo que se hiciera justicia. Mi respeto a su madre y hermana, pero deben saber que su hijo no hizo las cosas bien, se llevó una vida y casi la mía“, sentenció.