Carabineros anunció que desbarató en Antofagasta el primer laboratorio de la “droga de los dioses” encontrado en nuestro país.

Se trata de sustancias sintéticas relacionadas al NN-DMT (dimetiltriptamina), droga conocida popularmente como la ‘molécula espiritual’, ‘la molécula de Dios’ o ‘el tercer ojo’, esto por las fuertes y ‘espirituales’ alucinaciones que produciría su consumo. 

Tras el intenso operativo policial, liderado por el OS7 de Carabineros y en compañía de la fiscalía de Antofagasta, se lograron incautar 270.945 dosis, avaluadas en más de $2.700 millones.

En el domicilio, perteneciente a un joven de 22 años, se hallaron precursores químicos y elementos para la fabricación de la droga.

Entró de manera legal

A pesar de su prohibición por la ley de drogas, la materia prima de este psicotrópico se extrae del arbusto mimosa hostilis o tenuiflora y era ingresada de manera legal a nuestro país a través de compras en páginas de Internet de Brasil, ya que de un kilo del compuesto se podrían obtener hasta 20 mil dosis.


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Es posible encontrar esta planta, además, en países como Venezuela, Colombia, Panamá, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Guatemala, Belice y México.

¿Qué hace el DMT?

Según sus consumidores, la droga sería capaz de “hacerte ver extraterrestres”, esto debido a que es un poderoso psicodélico que está presente en la naturaleza e incluso en el cuerpo humano, al ser parte del sistema nervioso central.

De acuerdo al portal Pijama Surf: “Es un compuesto de la familia de las triptaminas. Esto quiere decir que la estructura del DMT es análoga a la de sustancias como la serotonina y la melatonina, mientras que sus funciones son semejantes a las de otras triptaminas psicodélicas como la psilocibina”.

Actúa como enteógeno y esta capacidad de provocar estados alterados de conciencia es la razón por la cual las tribus amazónicas lo han consumido ceremonialmente desde tiempos inmemoriables, bajo la forma de ayahuasca e inhalado en forma de rapé con una leve variación molecular -5MeO-DMT, molécula que se consume también sintéticamente y en las secreciones del sapo Bufo alvarius”.