El nombre de María del Pilar Pérez López alcanzó reconocimiento nacional luego que se conociera que fue ella la autora intelectual de tres asesinatos cometidos por el sicario José Ruz Rodríguez.

Su exmarido Francisco Zamorano, su pareja en aquel entonces, Héctor Arévalo, y el novio de su sobrina Belén Molina, Diego Schmitd-Hebbel, fueron las víctimas de su macabro plan cometido en 2008.

Tras la investigación, la mujer fue condenada a cadena perpetua, y una de sus propiedades (donde planificó sus crímenes) fue rematada para indemnizar a las familias de los afectados. Actualmente la propiedad ubicada en Seminario 95 figura a nombre de Inversiones Concepción S.A., mientras que al otro lado, en Seminario 97, donde asesinaron a Schmidt-Hebbel, existen varias oficinas y una farmacia.

Ese lugar ha sido de todo, era una hostal, oficinas, vivió una familia e incluso un tiempo estuvo botada y se la tomaron unos chiquillos okupas”, relató Manuel Rojas a La Cuarta, quien atiende un kiosco frente al lugar.

Y es que en 2012, cuando se remataron varias propiedades de ‘La Quintrala’, ninguno de los cinco postores que estuvieron presentes se interesó por la casona donde vivía la mujer, por lo tuvo que postergarse y su valor descendió casi en un tercio.

Lo anterior probablemente porque comenzó a circular el rumor de que la casa estaba “maldita”, sin embargo, durante ese tiempo igualmente vivió una familia, y también hubo oficinas en los pisos 3 y 4.

No obstante, todo quedó reducido a cenizas luego de un incendio que consumió el lugar el 12 de febrero pasado, pues el lugar quedó inhabilitado y con peligro de derrumbe. Según el matutino, sus puertas quedaron selladas.

“Tras el incendio estuvimos cerrados ya que el agua de los bomberos se escurrió a nuestro local y quedó la embarrada. Por fortuna el primer piso es de concreto y estamos resguardados, sin embargo para arriba es de madera y hay que construir de nuevo”, señaló Esteban Muñoz, administrador del café y pastelería Santa Filomena, ubicada en el primer piso del edificio.

La gente ya ni pregunta por lo que ocurrió acá, ya no hay morbo ni nada. Fue trágico, pero esto es algo que quedó en el pasado. Nosotros llegamos hace 5 años”, agregó Muñoz.

Y más allá de los rumores que circulan, Manuel Rojas aseguró que “tampoco he escuchado ruidos extraños”. Además, reveló que durante un tiempo iba una señora que parecía ser una de las dueñas y que vive en el extranjero, sin embargo, desde el incendio el edificio ha estado abandonado.

Tengo mi kiosco desde los ‘80, conocí muy bien a María del Pilar, era de las que saludaba y a veces de la nada no te decía ni hola, ella solo compraba el diario y nada más. Siempre fue muy flaca y rubia a la fuerza, uno nunca hubiese sospechado de lo que iba a ser capaz esta mujer”, relató Rojas.