Conmoción causó en nuestro país la muerte de una joven de 28 años tras someterse a un supuesto ritual de sanación donde se habría aplicado kambó, sustancia que consta del sudor de una rana amazónica y que se utiliza como medicina alternativa.
Según información proporcionada por Carabineros, el pasado viernes 11 de abril a las 18:00 horas, la mujer identificada como Francisca Meneses Díaz, ingresó al hospital de Llay-Llay acompañada de su mamá.
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En el establecimiento, la progenitora de la víctima señaló que su hija en horas de esa mañana se habría inyectado un veneno, el cual no sabía qué era, como parte del proceso de un ritual de sanación. Allí decidieron trasladarla al hospital de San Felipe tras la gravedad de la situación.
Francisca ingresó inconsciente al hospital y con riesgo vital. A pesar de que el día domingo su vida ya se encontraba fuera de peligro, falleció de todas formas durante la mañana del lunes.
En conversación con el matinal de CHV, Contigo en la Mañana, vecinos del sector se refirieron a la tragedia.
Una persona de la localidad condenó el actuar del supuesto ‘chamán’ que le habría proporcionado el sudor de la rana: “Ese hombre debe estar enfermo de la cabeza para hacer algo así“. En ese mismo contexto, otro vecino agregó: “Da mucha rabia y pena, porque era una mujer muy joven… no ubico a la persona que estaría ofreciendo este veneno“.
Otra mujer de la comunidad señaló que a lo mejor Francisca no estaba pasando por un buen momento, de ahí la razón de su fatal decisión: “a lo mejor sus motivos fueron que tenía algún problema que debía solucionar pero lamentablemente recurrió a remedios que no corresponden“.
Sentidas palabras
Florencio Coruña, ex director del Colegio Verdoyham, al cual asistió Francisca durante enseñanza básica y media, manifestó estar sumamente afectado por la muerte de la joven: “Era una niña muy activa, fue una alumna muy estudiosa, participativa y colaboradora. De hecho, estuvo en el centro de alumnos, por eso me pareció raro, porque yo siempre la vi como una niña bien asentada”.
“Me duele porque es una chiquilla con la que estuve y compartí. Era una joven llena de vida, llena de ilusiones, ella quería formar parte de la sociedad y aportar su granito de arena“, señaló.
El alcalde de Llay-Llay, Edgardo González, compartió con la joven cuando ella hizo su práctica en la municipalidad de la comuna: “Era una mujer súper responsable y comprometida con sus compañeros de trabajo. Fue bien evaluada cuando trabajó en el departamento del Senda en la municipalidad“, dijo.
Y agregó: “Tenía la mejor impresión de ella. La situación es lamentable porque estaba recién comenzando con su carrera en el sector público”. Al ser consultado por los rumores de que el veneno se estaría ofreciendo en la localidad, el alcalde señaló que este caso se trataba de una situación puntual.
“No es común que se ofrezcan este tipo de venenos en la localidad, es una situación puntual. Hasta el momento no tenemos antecedentes de cómo ocurrió el accidente. Entiendo que (el hombre) no era de la comuna“, señaló la autoridad.
Una ex compañera de colegio de la mujer, Tamara Canales, señaló que: “Es chocante ver que una persona tan joven como ella haya recurrido a este tipo de métodos. Ocurrir a medicina alternativa está bien, yo soy partidaria de eso, pero ojo, no con cualquier persona, no con cualquier charlatán“, apuntó.
“Esto es un veneno”
Kambó es el nombre que recibe el sudor de una rana amazónica utilizado en algunos rituales de medicina alternativa. Esta sustancia proviene de una comunidad étnica de Katukina formada por cerca de 500 miembros en el Amazonas brasileño.
En una entrevista a Las Últimas Noticias, el toxicólogo Juan Carlos Ríos, doctor en Farmacia y director del Centro de Formación Toxicológica de la Universidad Católica (CITUC), señaló que ninguno de los beneficios que se le atribuye al sudor de la rana kambó está aprobado por la comunidad científica.
Ante la consulta, el especialista fue enfático: “Esto es un veneno, partamos de esa premisa. No es ninguna sustancia para efecto benéfico que usted pueda decir: yo me voy a tomar esto y me voy a sentir mejor. Lo que ocurre es que la gente, en un comienzo, siente que se puede sentir mejor porque está ingiriendo una sustancia que es mucho más potente que la morfina. Por eso tiene un efecto sedante tan significativo“.
Según Ríos, el sudor se administra a través de una “vacuna”. “Las personas se la inyectan. Es como una microabsorción. Pasa que la absorción es muy buena, se absorbe muy bien, entonces la concentración puede ser muy alta. Y como obviamente esto no está estandarizado, la gente le saca a la rana una cantidad de la sustancia (rascándole la espalda con una espátula)”, precisó.
Las reacciones al tratamiento incluyen, según él, náuseas, vómitos, rubor facial, taquicardia, aumento de la presión arterial, dolor abdominal y diarrea. Además, puede provocar depresión respiratoria y paro respiratorio.
Néstor Lagos Wilson, bioquímico, doctor en Ciencias y académico de la Universidad de Chile, señaló que esta intoxicación produce síntomas similares a cuando se consume mariscos con marea roja.
“Estas ranas producen en su piel un compuesto que es muy parecido a una de las toxinas que tiene la marea roja chilena y que se llaman toxinas paralizantes. Esas toxinas, si usted se las toma, pueden provocarle muerte por parálisis“.
Y precisó: “Se paralizan los músculos intercostales y el diafragma, que permite que los pulmones se abran y se cierren, entonces usted tiene un paro respiratorio y finalmente muere de un paro cardíaco“, especificó el experto.
