Tras darse a conocer el volcamiento de un bus comenzaron a aparecer versiones, y es precisamente a esto a lo que se refirió uno de los pasajeros del transporte, quien aseguró que el boletero habría advertido instantes antes de la colisión que el vehículo poseía desperfectos mecánicos.

Sin embargo, los otros protagonistas de este terrible accidente, eran quienes viajaban en el auto que fue aplastado por la máquina. Manuel Gómez de 68 años, conducía el vehículo, acompañado de su esposa Edith, su nuera María y su nieta Catalina.

“Apenas llegué al puerto hablé con mis papás y me contaron que ellos iban bajando felices, cuando de pronto les cayó algo gigante encima”, relató Claudio Gómez, hijo del afectado. “Al menos mi papá no se dio cuenta de nada. No vio venir el bus”, agregó en una reciente entrevista con Las Últimas Noticias.

Agencia UNO
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“Sólo sintieron un choque, pestañaron y ya estaban bajo toneladas de fierros, con el techo del auto presionándoles el cuerpo y en medio de un griterío de llantos y dolor”, afirmó el hijo del sobreviviente del trágico accidente.

El auto quedó destruido casi en su totalidad, pero la parte más afectada, fue el asiento del copiloto, donde viajaba la esposa de Gómez, quien resultó con las lesiones más graves. Actualmente, permanece internada en el Hospital Carlos van Buren, debido al coágulo cerebral que la mantiene en peligro.

Según el relato de Claudio, inicialmente sus padres perdieron el conocimiento, la jaula de seguridad del automóvil resistió las 25 toneladas de la máquina que lo aplastó. “Lo bueno es que una vez que levantaron el bus, no costó mucho sacarlos”, finalizó.