Este jueves autoridades entregaron los avances del primer informe del proyecto a cargo del del Centro Sismológico Nacional y la Oficina Nacional de Emergencias (Onemi) sobre la falla de San Ramón.
Desde el Centro de Operaciones de Emergencia, director de la Onemi, Ricardo Toro, sostuvo que se instaló un instrumento para conocer el comportamiento de la falla, con el fin de determinar dónde se detecta mayor frecuencia de sismos pequeños, “para definir cuál es la zona más probable donde puede existir un terremoto y así proyectar un escenario de vulnerabilidad y exposición”.
Toro agregó que se ha trabajado en reuniones mensuales con la Intendencia Metropolitana y las 7 comunas cercanas a la falla para actualizar los planes de emergencia y saber qué hacer, sobre todo en comunas con gran población. Además, informó sobre la capacitación a grupos de trabajo para que lideren las primeras horas tras un gran movimiento.
El director del Proyecto Falla de San Ramón, Gabriel Vargas, sostuvo que ya se han instalado cuatro de las siete estaciones comprometidas, las que ya están arrojando resultados, los que deberán seguir estudiándose para conocer el origen de la sismicidad.
Vargas sostuvo que se busca “relacionar la amenaza geológica con el medio urbano y de esa manera poder avanzar en materia más concretas en la evaluación del riesgo”.
El profesor Sergio Barrientos, de la Universidad de Chile, indicó que la clave está en saber “escuchar” los sismos menores para “poder delinear dónde está la falla y saber cuál es la tasa de productividad sísmica y con eso extrapolar cada cuánto tiempo ocurre y qué tamaño podrían ser los terremotos máximos”.
El director de Sernageomin, Mario Pereira, explicó que se necesita mucho tiempo para poder acabar con este trabajo, considerando que el último terremoto fue hace siete mil años. “No es posible tener una respuesta inmediata”, enfatizó.
Toro indicó que se deben sumar los peligros a los planes reguladores, pero además considerar que hay un 40% que no está habitada.
El director de la Onemi aprovechó la instancia para hacer un llamado contra la información que circula en ocasiones sobre proyecciones de sismos o sus posibles efectos, enfatizando que no tienen ningún respaldo técnico o científico.