La Agencia de Calidad de la Educación dio a conocer este martes los resultados PISA 2015, un proyecto de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) que evalúa desde el año 2000, y cada tres años, cómo los sistemas educativos preparan a sus estudiantes para enfrentar la vida en la sociedad del siglo XXI.
PISA aplica pruebas a estudiantes de 15 años para analizar cuán competentes son para usar lo que han aprendido en Lectura, Matemática y Ciencias Naturales. Además, en cada ciclo, PISA profundiza en una de estas tres áreas, y en 2015 le correspondió a Ciencias.
En 2015, participaron 72 países, de los cuales 35 pertenecen a la OCDE y 37 son asociados a esta organización. Del total, 8 países son Latinoamericanos.
Para este ciclo, por primera vez, se aplicó el estudio completamente en computador. PISA aplica también cuestionarios que recogen información de contexto que ayuda a describir y explicar el rendimiento de los estudiantes y se recogen datos desde el estudiante, su familia y el entorno educativo en el que se desarrolla.

Avances en lectura
Según los resultados dados a conocer hoy, en las tres pruebas rendidas (Ciencias Naturales, Lectura y Matemática) los alumnos de Chile se ubicaron en el primer lugar a nivel latinoamericano, lo que indica que el sistema educativo chileno consigue mejores resultados en la región.
Lectura también es la prueba con mejores resultados para Chile con 459 puntos. En 2015 hay un avance significativo respecto de 2012 en esta área (aumento de 17 puntos), lo que indica que los estudiantes de 15 años están leyendo más comprensivamente. Otra buena noticia es que parte de esta mejora se debe a que son los grupos más vulnerables quienes muestran mayores avances. Además, de las tres pruebas, es la con mayor proporción de estudiantes (72%) que superan el nivel 2, que es el piso mínimo de competencias para una inserción exitosa en la sociedad.
“Estos resultados de la prueba PISA, nos muestran que en términos de la lectura en Chile, nuestros estudiantes han tenido un avance importante y ese avance creemos que se debe al foco que se ha puesto en la política pública en este tema””, señaló, añadiendo que “por eso también nosotros hemos puesto el esfuerzo y el foco en la lectura en niños de segundo básico, al crear el dispositivo de Evaluación Progresiva; creemos que es importante insistir en que cuando los niños aprenden a leer comprensivamente a temprana edad, tienen mayores oportunidades de aprender más y mejor”, explicó, Gino Cortez Bolados, Director Macrozona Centro Sur de la Agencia de Calidad de la Educación.
En Ciencias, Chile obtuvo un puntaje de 447, y al comparar estos resultados con los obtenidos desde 2006, no se observa una diferencia de puntaje significativa. Además, según PISA, más de un tercio de los estudiantes no tiene las competencias científicas mínimas para desenvolverse en la sociedad.
Por otra parte, Matemática es la prueba que muestra los peores resultados del sistema educativo chileno, con un promedio de 423 puntos. En esta prueba casi la mitad de los estudiantes se ubica debajo el Nivel 2, lo que indica una alarmante falta de capacidad para identificar y comprender la función de la matemática en la vida cotidiana y en problemas que requieran este tipo de conocimientos.
Resultados según equidad
Al igual que otros estudios nacionales e internacionales, PISA confirma las importantes brechas en equidad que existen en Chile, tanto de género como socioeconómicas.
En PISA 2015, la única prueba donde las mujeres obtuvieron mejores resultados fue en Lectura. Sin embargo, en Ciencias y Matemática las brechas de género se mantienen y sostenidamente obtienen peores resultados que los hombres.
En el caso de Ciencias, la situación es notoriamente desventajosa para las estudiantes en Chile. Los datos de PISA muestran con claridad que ellas están recibiendo una preparación que es más deficitaria que los hombres, lo que se agrava entre las mujeres de condición socioeconómica y cultural más desventajada.
En Matemáticas, en tanto, las estudiantes de Chile han desarrollado menos competencias que los hombres, y esa tendencia se mantiene sin variación desde el año 2006.
Por otra parte, PISA también refleja que las condiciones socioeconómicas y culturales de las familias de los estudiantes en Chile son determinantes en su aprendizaje. Según los resultados, a mayor nivel socioeconómico y cultural (que es medido por PISA considerando la ocupación y educación de los padres, así como los bienes que posee la familia), los jóvenes aprenden más.
Si bien al revisar los resultados de Chile por nivel socioeconómico existen algunos avances, persisten importantes brechas en los resultados. Al comparar los puntajes de los niveles socioeconómicos más bajos con los más altos hay entre 95 y 104 puntos de diferencia, dependiendo de la prueba. Solo para poder dimensionar esta diferencia, la brecha entre los grupos más vulnerables y de mayores ingresos es similar a la brecha que existe entre los resultados de Chile y Finlandia.

Una buena noticia es que son los grupos vulnerables los que muestran los avances más importantes. En comparación con 2006, Matemática presenta avances en los grupos “bajo”, “medio bajo” y “medio”. En la década, Ciencias presenta aumento de los rendimientos en los grupos “medio bajo” y “medio”. En tanto, en Lectura, que solo es comparable desde 2009, presentan mejoras el grupo “medio bajo”.
Sin embargo, la diferencia en los niveles de logro entre los distintos grupos socioeconómicos reafirma la inmensa brecha por el origen de los estudiantes. Mientras en el nivel socioeconómico “bajo” el porcentaje de estudiantes que no alcanzan el nivel 2 de desempeño está entre el 46% y 72%, en el “alto” quienes no alcanzan dicho nivel se reduce a entre el 11% y 22%, dependiendo de la prueba.
Factores que inciden en los resultados
PISA también reveló la importancia e impacto que tienen ciertos factores en el aprendizaje de los estudiantes de 15 años.
Uno de los factores que impacta positivamente (hasta 29 puntos más) es que los estudiantes esperen llegar a la educación superior (técnica o profesional). Ahí es importante trabajar la motivación escolar de los estudiantes y contar con altas expectativas tanto profesores como padres y apoderados en el futuro de los jóvenes.
Por otra parte, PISA también releva la importancia de una educación integral. A mayor cantidad de actividades extra curriculares en el establecimiento relativas al arte, deporte, cultura, voluntariado, entre otras, los estudiantes tienen promedios más altos (8 puntos más).
“Lo que hemos visto con los resultados de la prueba PISA, es que aquellos establecimientos que tienen mayores cantidades de talleres o que ponen sus esfuerzos en una educación integral, es decir en educación física o que ponen su foco en educación artística o en otras áreas del saber que no necesariamente son lenguaje, matemáticas y ciencias, son establecimientos que por añadidura obtienen mayores logros en sus aprendizajes”, destacó Gino Cortez Bolados.
A esto añadió que “creo que debemos dejar de mirar a los establecimientos como instituciones que solo deben preparar a los estudiantes en lenguaje, matemáticas y ciencias, y debemos prepararnos para que sean establecimientos que se dedican o que pongan foco en una educación integral para todos ellos. Al tener una educación integral, vamos a lograr que como consecuencia obtengamos mejores resultados de aprendizaje, y que por lo tanto sean niños que estén en mucho mejores condiciones para aprender”.
Finalmente también tiene un impacto positivo el haber asistido a la educación parvularia, donde estos estudiantes obtienen hasta 9 puntos más que quienes no lo hicieron. También hay factores que inciden muy negativamente en los resultados. Haber repetido algún curso se asocia, en promedio, con hasta 41 puntos menos.

La ansiedad académica, es decir la sensación de nervios e inseguridad que sienten los estudiantes frente a pruebas y trabajos en el colegio, puede llevar a los estudiantes a tener 11 puntos menos, por lo que generar la confianza en ellos es fundamental.
Igual de importante en menores resultados es la percepción que tiene el director del establecimiento respecto a los comportamientos que muestran los estudiantes y que afectan negativamente el clima y el aprendizaje, tales como inasistencia, falta de respeto, uso de alcohol, drogas o violencia, los estudiantes tienen promedios más bajos. Mientras más negativa es la percepción del director del establecimiento, hasta 10 puntos menos obtienen los estudiantes.