El boxeo es un deporte intenso, agresivo, donde ambos competidores demuestran en base golpes quién es más hábil sobre el ring, por lo que las muestras de compasión sobre el cuadrilátero no suelen verse muy seguido.
El boxeador neozelandés Willis Meehan dio una muestra de profesionalismo cuando llamó la atención al réferi por no detener la pelea a pesar que su contrincante ya no podía continuar, informó el portal español ABC.
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Era el segundo round, Meehan estaba propinando una paliza a Leamy Lakopo Tato que estaba arrinconado en una esquina del ring sólo cubriéndose la cara.
Ante la pasividad del juez y el evidente mal estado de Tato, Meehan decidió cesar los golpes no sin antes increpar al réferi por no parar la pelea a tiempo.
Aún molesto con el árbitro el empático boxeador se acercó a su oponente y lo abrazó para darle consuelo luego de haber recibido una tunda de su parte.
El encuentro que enfrentó al invicto peleador con su compatriota Tato se llevó a cabo en Auckland, Nueva Zelanda hace una semana.