Dos jóvenes fueron detenidos y puestos a disposición de la justicia en la ciudad de Manchester, Inglaterra, luego que golpearon a un grupo de jóvenes judíos, dejando a uno de ellos en coma con severas heridas.

Joseph Kelly y Zach Birch, ambos de 17 años, fueron encarcelados por un juez que levantó la restricción habitual de no revelar los nombres de victimarios menores de 18 años. Esto luego que los jóvenes fueran hallados culpables por golpear ferozmente a un grupo de jóvenes en la vía pública, reportó el medio británico The Mirror.

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Los victimarios , Joseph Kelly (izq) y Zach Birch (der)

El más afectado de todos, fue Moshe Fuerst, un adolescente de 17 años quien sufrió una fractura de cerebro que lo dejó en coma durante cuatro días, luego de ser golpeado y pateado por Kelly. Los otros tres jóvenes, escaparon del ataque con lesiones menores.

Moshe Fuerst
Moshe Fuerst

Pese a que el padre de Moshe, Michael Fuerst, solicitó que el crimen se tratara como un crimen por odio, el juez James Prowse determinó que no existían los antecedentes suficientes para considerarlo así, agregando que como los jóvenes habían bebido demasiado alcohol, no podían recordar el motivo de la golpiza.

Fuerst, insistió en que debería haberse tratado así, luego que una de las declaraciones escuchadas en el juicio, señalara que la kipá (gorra tradicional que cubre parcialmente la cabeza y que es utilizada por hombres judíos) que usaba una de las víctimas, fuera escupida y lanzada al suelo. Incluso, un diputado lo apoyó y envió una solicitud a la Fiscalía pidiendo que se reconsidere la decisión de Prowse.

Ceo que hay pruebas suficientes para ser tratado así, sólo que él decidió no hacerlo. No estoy de acuerdo, debería tomarse en cuenta toda la evidencia, explicó el padre, agregando: “Se perdió una oportunidad para enviar un fuerte mensaje de que no toleraremos este tipo de actos antisemitas en las calles de Manchester“.

De todas formas, ninguna de las víctimas pudo entregar un testimonio claro sobre si escucharon o no ofensas raciales o religiosas, por lo que no se puede asegurar la intención.

Por último, Tanto Kelly como Birch, se declararon culpables de provocar serias lesiones en las víctimas y fueron encarcelados en una prisión juvenil por 18 y 12 meses, respectivamente.