En la década de los 90 era considerado la promesa blanca del balompié nacional. Hoy a los 46 años está divorciado, tiene dos hijos y es acreedor de un notorio sobrepeso. Es el ex artillero de Universidad Católica, Lukas Tudor.
Tuvo una breve vida futbolística, pues los desgarros lo obligaron a ponerle fin a su carrera cuando apenas tenía 28 años. Ahora se desenvuelve como buscador de talentos y el pronto cierre de las transferencias de jugadores en el viejo continente lo mantiene apresurado, según detalla el diario La Segunda.
El optimismo nadie se lo arrebata al ex cruzado que responde ácido ante las críticas que lo vinculan a los problemas con el peso, de manera similar a los kilitos que ganó el ex tenista Fernando González. Con respecto al raquetero el futbolero ataca a la sociedad: “Creo que la gente tiene las prioridades un poquito cambiadas”, alega y agrega que “el mundo está muy superficial”.
En cuestiones de peso a Tudor le “importa una raja” lo que el resto piense, “porque igual me sigue yendo muy bien con las mujeres”, dice cuando le preguntan si le molesta que le hablen de sobrepeso.
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Pero él está consciente de sus 115 kilos y añade al mismo periódico lo que su hijo de 9 años, Nikolas, le repite: “Ya pos, papá, enflaquece”. La idea ya está en mente del actual empresario que promete ir al gimnasio a partir de septiembre, pero reclama contra la sociedad. “La gente está preocupada de muchas pelotudeces”.
Actualmente Lukas practica el sistema Isha, un método de autosanación que lo sumerge en la paz que necesita. “Isha ayuda a sanar tus dolores”, replica al mismo medio.