El magnate Donald Trump, que aspira a ser el candidato presidencial del Partido Republicano en Estados Unidos, vuelve a generar polémica: ahora le retiraron una invitación de su propio partido tras sugerir que una moderadora de un debate fue dura con él porque estaba menstruando.
El multimillonario provocó una nueva oleada de acusaciones tras unos comentarios particularmente crudos contra la presentadora de la cadena estadounidense Fox News, Megy Kelly, que, según él, le trato de forma “injusta” durante el debate de las primarias republicanas. El magnate afirmó en la CNN que “no tenía mucho respeto por ella”.
“Se podía ver sangre saliendo de sus ojos, sangre saliendo de su… de donde sea”, dijo el viernes acerca de la periodista, que le había preguntado sobre insultos sexistas que había proferido en el pasado.
Tras estas declaraciones, simpatizantes republicanos que le habían invitado a hablar este sábado en un evento en Atlanta (sureste), le retiraron la invitación.
“Aunque aprecio personalmente a Donald Trump, su comentario sobre Megyn Kelly en la CNN va demasiado lejos”, escribió el conservador Erick Erickson, redactor jefe de RedState, la página web cercana a los republicanos que organizaba el evento.
Carly Fiorina, la única candidata republicana, tuiteó: “Mr. Trump: No. Hay. Excusa.” Y más tarde añadió: “Apoyo a @megynkelly”.
El multimillonario se retractó del comentario diciendo que no se estaba refiriendo a ninguna parte del cuerpo en particular.
El debate del pasado jueves entre los diez candidatos principales a las primarias republicanas organizado por la Fox News, batió récords de audiencia con 24 millones de espectadores, una cifra histórica, gracias a la presencia de Trump.
En un tuit brutal lanzado este viernes, el magnate hizo saber esto a la cadena de televisión: “@FoxNews deberías de avergonzarte de ti misma. Os conseguí la cifra de audiencia más alta de vuestra historia y no decís más que cosas malas”, dijo a sus 3,5 millones de seguidores.
En cabeza, según los sondeos, Trump tiró un balde de agua fría a los republicanos al comienzo del debate no excluyendo presentarse como candidato independiente si el partido no le elegía como su representante, lo que provocó los abucheos de parte del público.