Con miles de pancartas, banderas y al son de los tambores, los estudiantes volvieron a salir a las calles pero esta vez no sólo los convocó la reforma educativa, sino además la indignación por los casos de corrupción destapados recientemente.

“Estamos por lo que sale en las noticias de la corrupción sobre Soquimich, el caso Penta, por eso estoy aquí para protestar”, dijo a la agencia AFP María Paz, cuando avanzaba con la marcha frente al palacio de gobierno.

En enero, después de un año de duro trámite legislativo, la presidenta Michelle Bachelet logró aprobar la primera parte de la reforma educacional que le valió la reelección. En ella, se establece el fin a la selección de estudiantes y la obtención de ganancias en escuelas públicas.

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Pero mientras celebraba esta aprobación, estalló un caso de supuesta corrupción que involucra a su hijo mayor, Sebastián Dávalos, y su esposa Natalia Compagnon, por una millonaria compra y venta de terrenos.

Ambos son investigados por el eventual “uso de información privilegiada” y “tráfico de influencia”, tras la obtención de un crédito por 10 millones de dólares destinados a la compra de unos terrenos que luego vendieron en 15 millones, por un proyectado cambio en el uso de suelos.

Cabe destacar que Carlos Délano y Carlos Lavín, dos de los empresarios más influyentes del país, están presos desde hace más de un mes por el denominado “caso Penta”, que investiga delitos tributarios, sobornos y financiamiento ilegal de políticos.

Tras el caso Penta estalló el “caso Soquimich”, donde se investiga a esta minera controlada por el ex yerno del dictador Augusto Pinochet (1973-1990), también por delitos tributarios y financiamiento ilegal de políticos.

La Confederación de Estudiantes (Confech) aseguró que alrededor de 150.000 personas participaron de la marcha, mientras que Carabineros cifró en 20.000 la cantidad de participantes.