El gobierno decretó este miércoles “estado de excepción constitucional por catástrofe” en la región de Atacama, debido al fuerte temporal de lluvia que ha dejado hasta ahora unos 600 damnificados.

La medida implica “que las Fuerzas Armadas toman el control de la región”, dijo el ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, al anunciar el decreto oficial.

Peñailillo hizo un llamado a que “todas las personas que estén en lugares de riesgo en la región de Atacama autoevacuen, porque lo que necesitamos es que se pongan a resguardo”, informó la agencia AFP.

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El fuerte temporal de lluvia se inició la tarde del martes y dejaba hasta ahora 600 damnificados, cortes de rutas y de los suministros eléctricos y comunicaciones, según un reporte oficial.

Las lluvias, poco habituales en el norte, aumentaron el caudal de varios ríos, inundando las principales calles de la ciudad de Copiapó y varios pueblos interiores.

La mayor preocupación de las autoridades es que las lluvias seguirán cayendo con fuerza en las próximas horas en toda la región.

Las lluvias motivaron la suspensión de clases en toda la región de Atacama, además de la ciudad de Antofagasta. Se registraba asimismo un corte en el suministro de fibra óptica, que mantenía interrumpidas las comunicaciones en gran parte del norte chileno.

El ministro del Interior anunció que se trasladará a la zona para hacer frente a la catástrofe.

Karl Grawe | Agencia UNO
Karl Grawe | Agencia UNO

Más temprano, las autoridades había decretado una “alerta sanitaria” para las comunas de Tierra Amarilla, Diego de Almagro y Alto del Carmen, las más afectadas por las inundaciones.

En los aeropuertos de Calama y Antofagasta, de alto tráfico producto de la actividad minera en la zona, se registraron retrasos en los vuelos, producto del corte de algunas rutas de acceso.

Sobre la situación, la aerolínea LAN justificó los retrasos “debido al corte de fibra que está afectando las comunicaciones en las regiones del norte de Chile”.

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La emergencia provocó asimismo que 38.500 clientes se quedaran sin energía eléctrica y unos 48.500 clientes sin agua potable.

La presidenta Michelle Bachelet expresó su “solidaridad con todos los damnificados y afectados” y aseguró que se enviarán a la zona los recursos necesarios para asegurar la normalidad de los servicios.