Desde hacía días que Manuela Rodriguez no lucía muy bien. Uno de sus parientes la fue a visitar a Chicago pocos días antes de que ocurriera un escabroso crimen, constatando que la mujer lucía “deteriorada”. “Su rostro lucía demacrado. Parecía que había perdido 9 kilos en un solo mes”, explicó a los medios locales.

La mujer estaba tomando antidepresivos y tenía problemas para dormir, pero a pesar de esto, nadie vio venir lo que ocurrió después: Manuela asesinó a su nieta, Rose Herrera, de sólo 7 meses, cortando su cuello con una sierra eléctrica.

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Como informa el medio estadounidense Chicago Tribune, la mujer habría perdido la cabeza porque la bebé no paraba de llorar. Por esto, inicialmente intentó meterle un calcetín en la boca. La autopsia arrojó que la bebé murió por las múltiples heridas que tenía en su cráneo; la segunda causa de muerte, fue asfixia. Su abuela acudió a tribunales el miércoles, donde admitió ser la autora de su homicidio.

Uno de sus vecinos, Francisco Arreola, afirmó estar horrorizado: “Realmente eran buena gente. Siempre las veía y eran muy felices. Nunca escuché una pelea ni nada. Es muy difícil y triste saber que mataron a una niña de meses”, agregó.

La niña habría cumplido 8 meses este lunes. Su padre recibió la llamada que comunicó su deceso ese mismo día en la mañana; Ben Llamas, uno de sus compañeros de trabajo, estaba al lado de él cuando ocurrió: “Simplemente conducimos en silencio. Él estaba en shock (…) él la adoraba”.