Con esta memorable frase, Sernapesca lanzó la campaña que busca proteger este recurso marino durante su periodo de veda, que se extenderá entre el 1 y el 30 de septiembre. En este lapso estará terminantemente prohibido pescar, vender, distribuir y comer esta especie en Chile Central.
Los motivos para declararla: el comienzo de su periodo reproductivo y la desmesurada captura que ha sufrido este pescado, que se encuentra en el límite de su rendimiento sostenible.
En caso de no cuidar a estas “merluzas embarazadas”, estaríamos despidiéndonos de uno de los platos más típicos de la comida chilena: en 2013 eran 40 mil las toneladas de este recurso que se podían extraer, pero en 2014 la cuota cayó a la mitad, con sólo 19 mil toneladas disponibles.
Durante el mes patrio se ejercerán controles en carreteras, caletas, puestos de venta y hasta restaurantes y quienes no respeten esta restricción, recibirán una sanción bien firme. Así que si usted avista a alguien vendiendo “pescá” de manera ilegal, no dude en denunciarlo.