Tener una relación amorosa no es tarea fácil. El amor no lo puede todo y está lejos de ser como lo muestran las películas románticas. Por lo mismo, una pareja de psicólogos que llevan más de 35 años casados, estudió cerca de 40 mil parejas para encontrar la clave del éxito.
Según consignó La Tercera, los especialistas John Gottmal y Julie Schwartz Gottman indicaron que los matrimonios que fracasan casi nunca lo hacen por “incompatibilidades insalvables”.
Su investigación, dijeron, los ayudó a mantenerse “felizmente casados, además de identificar cuándo una relación se encamina hacia el desastre“.
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A través de su estudio, pudieron predecir con un 94% de exactitud si una relación iba a durar o no, con solo observar a una pareja por 15 minutos.
Tras varios análisis, llegaron a la única cosa que las parejas exitosas no hacen nunca: “darse por sentados”.
En esa línea, destacan la importancia de valorar constantemente al otro. “Tenemos que buscar activamente lo que nuestra pareja hace bien. Encontrar lo bueno y pasado por alto, y señalarlo”, aconsejaron los especialistas.
“Vemos a muchas parejas luchar con esto. Se centran en todo lo que el otro hace mal y se critican mutuamente por ello”, advirtieron también.
Los 4 jinetes del Apocalipsis: alerta de conflictos en la pareja
Cuando las parejas quedan atrapadas en una espiral negativa de señalar los defectos, aparecen los rompedores de relaciones que los psicólogos llamaron “los 4 jinetes del Apocalipsis”.
Como su nombre lo dice, vienen a alertar el “fin del mundo”, en este caso, conflictos que podrían llevar la relación a un punto de quiebre definitivo. Por eso, implican un aumento en la probabilidad de divorcio o ruptura.
1- Crítica
Tras el estudio, los especialistas indican que se puede criticar, sin atacar el carácter de nuestra pareja.
En vez de decir “no te importa el tiempo de los demás, eres un egoísta”, se podría cambiar por: “me molesta que llegues 30 minutos tarde. Ojalá me hubieras llamado antes para avisarme”.
“En situaciones frustrantes, puedes quejarte, pero no culpes a tu pareja de todo lo que sale mal. Usa el enunciado ‘yo’ para centrarte en cómo te sientes y hacerle saber lo que necesitas”, recomendaron.
Dentro de la psicología, esto se conoce como ‘comunicación asertiva’, y aumenta las posibilidades de que la pareja escuche y entienda la solicitud o corrección.
2- Desprecio
Para los psicólogos, este “jinete” es el predictor principal del divorcio.
“Este estilo de comunicación está alimentado por creencias arraigadas de que tu pareja es moralmente inferior a ti. Cuando actúas con desprecio, estás siendo malo a propósito“, aseguraron.
Por ejemplo, “puede que te burles de ella con sarcasmo, la imites, la insultes o uses un lenguaje corporal despectivo, como poner los ojos en blanco”.
En esa línea, explicaron que los pensamientos positivos se convierten en sentimientos positivos, que a su vez se transforman en acciones positivas.
“Sintonizar con la admiración que sientes por tu pareja puede ayudar. Hacer una lista de las cosas que te gustan, pensar en sus recuerdos favoritos juntos y hacerle saber que la valoras es clave”, añadieron.
3- Defensiva
Ponerse a la defensiva es no saber aceptar críticas. “Lo que quieres es sacarte a tu pareja de encima, así que buscas excusas, te haces la víctima y le echas la culpa”, señalaron los expertos.
“Si tu pareja te pregunta si sacaste la basura, una respuesta defensiva sería ‘ya sabes lo cansado que estoy después del trabajo. No puedo creer que me preguntes esto, ¿por qué no lo puedes hacer tú?'”, ejemplificaron.
La solución es tratar de comprender la perspectiva del otro y asumir la responsabilidad de los propios actos. La mejor respuesta al ejemplo anterior sería decir: “¿Sabes qué? Llegué a casa y olvidé por completo sacar la basura. Perdón, sé que quedamos en que lo haría”.
4- Stonewalling (muro de piedra)
Finalmente, los autores de este estudio detallaron el último “jinete”. El llamado muro de piedra aparece cuando, en lugar de enfrentar el conflicto, hay quienes suelen desconectarse, ignorar a su pareja o incluso retirarse físicamente de la conversación para eludir.
“Una vez que empiezas, puede ser difícil parar”, afirmaron los psicólogos.
En lugar de eso, es recomendable decir: “Estoy demasiado enojado. ¿Podemos tomarnos 15 minutos para calmarnos?”.
