El papa Francisco estableció nuevas disposiciones para adaptar el Opus Dei a la nueva Constitución de la Curia vaticana, que comenzó a regir el 5 de junio pasado.
Se trata de los primeros cambios que sufre la institución desde 1982, cuando el Papa Juan Pablo II la erigió como una prelatura personal.
Esto quiere decir que no está vinculada a un territorio determinado.
Según lo anunciado por el religioso de nacionalidad argentina, las prelaturas personales pasarán a depender del Dicasterio para el Clero y no más del Dicasterio para los Obispos, como era hasta la actualidad.
De esta manera, el Opus Dei no formará parte de la estructura jerárquica de la Iglesia como una diócesis, sino que estará directamente controlada por el Clero, como otras organizaciones.
Además, deberá presentar cada año “un informe sobre el estado de la Prelatura y sobre el desarrollo de su labor apostólica” a la congregación de la cual pasará a depender.
La norma, que entrará en vigor el 4 de agosto, establece que el prelado no podrá ser obispo para “fortalecer la convicción de que se necesita una forma de gobierno basada más sobre el carisma que sobre la autoridad jerárquica”.
El actual prelado del Opus Dei, Fernando Ocáriz, explicó en un comunicado que “la ordenación episcopal del prelado no era ni es necesaria para la guía del Opus Dei”.
Asimismo, agregó que estos cambios remarcan “la voluntad del Papa de subrayar ahora la dimensión carismática de la Obra” y que “el prelado ha de ser guía, pero, ante todo, padre”.