Este lunes 9 de agosto llegará a su fin la teleserie Edificio Corona, que se tomó por varios meses la franja de las 20 horas en las pantallas de Mega, sacando risas y encantando a los televidentes con sus historias y personajes.

Sin embargo, la recta final ha mostrado el lado más oscuro de uno de ellos: Germán, el hombre exitoso e infiel que terminó perdiendo el control luego de que Javiera, su mujer, decidiera separarse definitivamente de él tras desilusionarse, y que además se enamorara de otro hombre.

En ese sentido, los seguidores de la apuesta han aplaudido la interpretación de Mario Horton, quien se encarga de dar vida a este antagonista que podría terminar muy mal en el último capítulo de la apuesta.

“Los personajes con contradicciones son los que más me interesan; las fuerzas opuestas internas les dan profundidad. Ni los ‘villanos’ ni los ‘héroes’ me atraen demasiado”, reconoció el intérprete en una entrevista reciente con la Revista Ya.

Mario Horton Edificio Corona
Instagram | @mariohortonfleck

Según sus palabras, prefiere los personajes “no resueltos, con aciertos y desaciertos, sin muchas certezas, intranquilos”.

Puede que eso mismo lo haya llevado a ganarse el odio de los seguidores de Edificio Corona, quienes recalcan la versatilidad que ha mostrado Horton en el área dramática de Mega, donde destacan personajes anteriores como el padre Reynaldo, en Perdona nuestros pecados, o Carlos González en Yo soy Lorenzo.

La pandemia

En la misma entrevista, el actor -que se convirtió en padre hace pocos meses junto a la también actriz Francisca Walker- reconoció lo complicada que ha sido para él la pandemia.

“El encierro y la distancia social han sido un desafío personal complejo. Nunca me ha gustado la sensación de estancamiento y ahora mucho menos“, confesó.

A Horton, este tiempo le sirvió para reafirmar la importancia del acceso al arte como un bien fundamental, y que los actores y actrices han defendido desde el inicio de los tiempos.

“El derecho a la belleza, a hacernos preguntas, a emocionarnos, a desarrollar el imaginario de nuestra especie desde un relato que desafíe el de los poderosos, el derecho a la risa, al horror (…) son todos derechos esenciales para el desarrollo de la vida humana“, concluyó.