Una joven estadounidense oriunda de Fresno, California, sufre una extraña y dolorosa enfermedad.

Tessa Hansen-Smith a los 10 años, fue diagnosticada con urticaria acuagénica, un padecimiento que provoca erupciones cuando transpira, llora o se ducha (lo cual hace solo dos veces al mes).

Según detalló The Mirror, la mujer de 23 años, decidió hablar sobre su trastorno y así ayudar a otros que puedan sufrir esta enfermedad. “Es muy complicada, ya que incluso soy alérgica a mis propias lágrimas, a mi saliva y a mi sudor. Soy muy propensa al agotamiento por calor y tengo que evitar la actividad física”, expresó.

“Incluso tengo que ser transportada por mi campus en la universidad porque de lo contrario me presento a mi clase con fiebre, migraña y erupciones que hacen que sea muy difícil concentrarse”, indicó.

Además, Tessa Hansen-Smith explicó que “sufro mucha fatiga muscular y náuseas también, la enfermedad aparece cuando como algún alimento con mucho líquido, como algunas frutas y verduras. Incluso beber agua puede causarme cortes en la lengua”, confesó.

“Suelo pasar el día en la cama”

Prensa internacional reveló que la familia de la joven notó por primera vez que algo estaba mal a los ocho años, ahí comenzó a surgir multitud de erupciones después de ducharse. En aquella instancia médicos diagnosticaron que era alérgica a algún jabón, pero tras averiguaciones descubrieron que el causante era el agua.

Con frecuencia me recuerdan que no hay cura para la urticaria acuagénica y que nunca estaré mejor, lo que es algo difícil de escuchar a veces”, comentó Tessa, quien agregó que “si soy capaz de ver a mis amigos y seres queridos sin tener que irme pronto por sentirme enferma o de llegar a todas mis clases en un día, lo veo como una victoria“.

Utilizando sus redes sociales, la joven da consejos y cuenta sus experiencias. “Recientemente mi familia y yo hicimos una profunda limpieza en casa con la llegada de la primavera. Tengo muchos proyectos para abordar, pero mi cuerpo se cansa muy rápido. Paso la mayor parte de mis días en la cama, o simplemente descansando y haciendo tareas muy pequeñas”, escribió.

“Los días de brotes alérgicos son días de trabajo, aunque no parezcan nada desde una perspectiva externa. Tu cuerpo está trabajando sin parar durante horas, días, semanas y meses. Cuando tengo un brote malo, suelo pasar el día en la cama, sin salir a charlar con los demás o estar online. Y durante todo el tiempo espero mis momentos buenos en los que puedo ser más activa en línea y en mi vida diaria“, concluyó.