El puente El Molino se ha transformado en un lugar para recordar al pequeño Tomás Bravo, donde vecinos han colgado globos, carteles, juguetes y velas encendidas en memoria del pequeño. Al emblemático lugar llegan personas de otras localidades y regiones.

Con el paso de las horas, a un lado van quedando las manifestaciones multitudinarias de caravanas, canciones y aplausos, para dar paso al silencio en el sector donde se solía ver jugar al pequeño Tomás Bravo de tan sólo tres años y 7 meses.

Así, el Puente El Molino se ha transformado en una especie de memorial con fotografías del menor, globos, peluches y algunos juguetes y todo lo que pueda traer a la memoria la vida de este pequeño.

Al lugar han llegado familias de otras regiones como una pareja junto a sus hijos provenientes desde la región de El Maule, quienes, conmovidos, acudieron a recordar a Tomás.

Puente El Molino
Agencia UNO

“Pedimos justicia para él”, “estamos conmovidos”, fueron algunas de las frases de los visitantes.

La señora Rita y Carlos de Tubul y Arauco, respectivamente, consideran que la Justicia tiene que primar, donde incluso se piden medidas extremas. “Era una palomita que merecía virir”, dijo Rita; “Esto duele”, señaló Carlos.

Por 9 días el puesto de mando fue el centro neurálgico de las operaciones para encontrar al pequeño y ahora sólo queda el sitio vacío y la hilera de velas apagadas como fiel testigo de la tristeza de un país completo por la muerte de Tomás.