La historia de Joseph Flavill partió el primero de marzo del año pasado, cuando el COVID-19 todavía no tenía el alcance mundial que ahora todos conocemos. El joven de 19 años sufrió un accidente que lo dejó en coma justo tres semanas antes de que se decretara el primer confinamiento en Inglaterra.

Lo atropelló un auto. Producto de un traumatismo craneoencefálico, el adolescente quedó con una lesión cerebral que lo mantuvo inconsciente durante más de 10 meses.

Antes del incidente, practicaba variados deportes, como cricket, fútbol, hockey, surf y golf. Incluso fue galardonado con el premio Duque de Edimburgo, que tendría que haber recibido en mayo de 2020. Así lo señala el sitio josephsjourney.co.uk, que su familia ha utilizado como una bitácora desde que el joven perdió el conocimiento.

Recientemente, Flavill comenzó a reaccionar. Ya mueve sus extremidades y puede comunicarse con su familia con simples “sí” o “no” guiñando los ojos. ¿El problema? No tiene idea del escenario mundial que se vive producto del coronavirus.

Joseph Flavill
josephsjourney.co.uk

Graves consecuencias

“Él no sabe nada de la pandemia, ya que ha estado dormido por diez meses… No tengo idea de cómo Joseph llegará a comprender por lo que todos hemos pasado”, declaró al diario The Guardian la tía del joven, Sally Flavill Smith.

De hecho, esas son otras de las graves consecuencias del accidente: el joven no puede ser visitado por su familia debido a las medidas sanitarias y, para peor, ya se ha contagiado dos veces de COVID-19 sin siquiera darse cuenta. Por fortuna, se pudo recuperar exitosamente en ambas oportunidades.

A través de videollamadas, su familia ha tratado de explicarle por qué no pueden estar con él, pero es complejo que Joseph Flavill comprenda la magnitud de la pandemia. Por eso, buscan mantenerlo lo más simple que pueden.

En diciembre pasado, por motivo de su cumpleaños, su madre fue autorizada para visitarlo durante una hora. Tuvo que ingresar vestida con equipo de protección, y no pudo acercarse a menos de dos metros.

“En ese momento, Joseph no estaba tan consciente como ahora, y creo que se sintió increíblemente triste porque no estaba segura de que él pudiera reconocerla. Llevaba meses esperando para verlo”, relató Sally.