El distanciamiento entre el príncipe Carlos y Diana de Gales comenzó en 1992, luego que la princesa decidiera no seguir adelante con un matrimonio falso que, excepto por sus dos hijos, solo le provocó humillaciones y malos tratos de parte del futuro monarca.

De eso pasaron dos años, y en junio de 1994 el príncipe Carlos reveló en una entrevista al programa Carlos: la persona privada, el papel público del canal inglés ITV, que mantenía una relación con Camilla Parker Bowles, dando a entender que su figura fue siempre la tercera en discordia en su relación con Diana.

Desde entonces no quedaron dudas en que el matrimonio real había fracasado, aunque Carlos no fue tan honesto como para admitir del todo su infidelidad, pues en la misma conversación aseguró: “Fui fiel hasta que tuve claro que nuestro matrimonio estaba irreparablemente roto“, agregando que lo que le había pasado a él “le ocurre a la mitad del país”.

Ese mismo día de la entrevista, Diana estaba invitada a un evento social con celebridades de la época, organizado por la revista Vanity Fair, sin imaginar que su asistencia pasaría a la historia.

Resulta que según a medios locales, el día del evento Diana pensaba asistir con un vestido de la firma italiana Valentino, sin embargo, antes de empezar a arreglarse, decidió ver la entrevista de Carlos.

Fue ahí cuando se especula que los dichos de su exesposo la hicieron sentir tan mal, pues la expuso públicamente, que cambió de opinión. Lejos de esconderse y no querer salir del palacio, Diana asistió sola al evento y con otro vestido. Un sensual “little black dress” de la diseñadora griega Christina Stambolian, y que tenía guardado hace tres años.

Al parecer ‘la princesa del pueblo’ nunca estuvo tan convencida como en ese momento de usarlo, ya que lo consideraba “demasiado sexy para el protocolo de la realeza”, confesó la propia diseñadora.

Es por eso que usarlo ese día fue una forma de enviar un recado a la Corona, especialmente a Carlos, por haberla humillado tantos años.

Ese “inocente” vestido transgredió varias normas de protocolo para ese entonces. El color negro solo se reservaba para el luto de algún integrante de la familia real o de alguien importante, y tampoco se debía mostrar tanta pierna y hombros.

Este vestido fue una declaración política, con él dio a entender que no se iba a dejar pasar a llevar nunca más, que estaba de pie y que no se iba a acobardar por lo sucedido. Y así se entendió, pues cuando todos estaban aún pendientes de las palabras de Carlos, apareció Lady Di para robarse la atención y hacer que su mensaje de empoderamiento llegue a todas partes.


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The straight up savage revenge look #FyouCC

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